
Rubio anunció la aplicación de restricciones a quienes censuren a ciudadanos de EEUU
El secretario de Estado de los Estados Unidos anunció que se implementarán restricciones a funcionarios y personas extranjeras que hayan sido cómplices de estos actos.
El Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, anunció la implementación de nuevas restricciones de visa dirigidas a funcionarios y personas extranjeras que han sido cómplices en la censura de ciudadanos estadounidenses.
En una declaración publicada en la red social X, Rubio afirmó que ''durante demasiado tiempo, los estadounidenses han sido multados, acosados e incluso procesados por autoridades extranjeras simplemente por ejercer su derecho a la libertad de expresión''.
El nuevo paquete de restricciones de visado busca proteger ese derecho, considerado fundamental para el estilo de vida estadounidense y ajeno a la jurisdicción de gobiernos extranjeros.

Aunque Estados Unidos ha criticado durante años la censura ejercida por regímenes como el Partido Comunista Chino, Rusia, Irán y Cuba, la administración Trump ha ampliado recientemente su escrutinio hacia aliados europeos.
El vicepresidente JD Vance ha sido una de las voces más críticas, alertando que normativas europeas como la Ley de Servicios Digitales de la Unión Europea podrían imponer indirectamente un modelo de censura en Estados Unidos mediante presiones a empresas tecnológicas estadounidenses.
Vance sostiene acertadamente que tales regulaciones, bajo el pretexto de combatir la ''desinformación'', silencian puntos de vista disidentes legítimos. Durante la Conferencia de Seguridad de Múnich en febrero, Vance denunció ante líderes europeos lo que considera una deriva autoritaria del continente.
Como ejemplos, citó la persecución en el Reino Unido de personas que oran en silencio frente a clínicas de aborto, la anulación de las elecciones presidenciales en Rumanía de 2024 por presunta injerencia extranjera, la condena en Suecia de una activista cristiana por quemar un Corán, y la vigilancia en Alemania contra opiniones antifeministas en internet.

El vicepresidente también planteó estas preocupaciones directamente al primer ministro británico Keir Starmer en una reunión con Donald Trump en la Casa Blanca. Según trascendió, uno de los temas centrales fue la posible extradición de ciudadanos estadounidenses acusados en el Reino Unido de difundir ''información falsa'' que infringe las leyes británicas contra el discurso de odio.
El contexto de estos debates está marcado por una ola de disturbios y protestas en el Reino Unido durante el verano anterior, luego del asesinato de tres niñas en una clase de danza con temática de Taylor Swift.
El autor del crimen es un joven de 17 años nacido en el Reino Unido de padres inmigrantes de Ruanda, lo que reavivó el debate sobre la inmigración y la libertad de expresión en internet.

Las autoridades británicas advirtieron entonces que podrían buscar la extradición y encarcelamiento de ciudadanos estadounidenses responsables de difundir contenidos considerados peligrosos o incitadores al odio bajo su legislación.
Estas medidas y discursos reflejan una creciente tensión transatlántica respecto a los límites de la libertad de expresión, el papel de la tecnología y la soberanía legal. Para la administración Trump, se trata de defender principios fundamentales frente a lo que consideran una amenaza ideológica creciente, incluso entre aliados históricos de Estados Unidos.
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