A la izquierda una persona con chaleco naranja y gorra cuida autos en la calle mientras a la derecha aparece un hombre de traje en blanco y negro mirando serio
OPINIÓN

Caos en Córdoba: Passerini apostó a una gestión tibia y le estallaron los conflictos

Passerini evitó enfrentar los problemas, postergó decisiones clave y ahora los vecinos pagan todas las consecuencias.

Desde que asumió, Passerini mostró una tibieza inusitada, que en los hechos significó ceder, no ajustar y dejar que los problemas crezcan. Mientras el país cambiaba y el presidente decía “no hay plata”, el municipio seguía agrandando su planta política y funcionando en automático. Hoy esa procrastinación se paga con una ciudad desbordada, cara y paralizada.

Passerini no aprovechó el viento político a favor de 2024 para reordenar el municipio y poner límites. El momento de barajar y dar de nuevo pasó, y lo que no hizo entonces, lo enfrenta todo junto ahora.  Los conflictos que evitó por cálculo hoy se volvieron incontrolables.

Hombre con chaleco reflejante señalando con el dedo mientras dirige el estacionamiento de autos en la calle por la noche
La problemática de los naranjitas sigue afectando a los conductores cordobeses. | La Derecha Diario

Sueldos heredados, gremios desbocados

Passerini optó por pagar las paritarias acordadas por la gestión anterior sin chistar. En lugar de rediscutir, firmó. El resultado: el Suoem volvió a pedir una suba similar y el municipio, sin fondos, no puede responder.

La caída de la recaudación por tasas impagables, y la expulsión de empresas unicornio como Mercado Libre, hoy se pagan caro.  El kirchnerista Passerini hoy no tiene margen para nuevos acuerdos ni poder para negociar. El conflicto que se evitó, se duplicó.

Gobernar no es firmar cheques heredados, es tomar decisiones responsables fiscalmente cuando hace falta. El improvisado intendente eligió agradar a todos, pero se quedó sin respaldo político ni caja.

Vista aérea de un edificio gubernamental con un cartel que dice Palacio 6 de Julio rodeado de árboles y una plaza con una fuente en el centro de la ciudad
Gremios municipales reclaman nuevos aumentos y como Passerini no achicó el Estado, ahroa no tiene como financiarlo. | La Derecha Diario

Transporte colapsado, subsidios desbordados

El sistema de colectivos se lleva $11 mil millones por mes y el servicio sigue siendo deficiente.  La plata no alcanza ni para cubrir lo que se recauda. La mitad de las unidades están en mal estado y los vecinos pagan con su tiempo y su bolsillo.

En lugar de licitar,  el inoperante Passerini prorrogó de hecho a SiBus y FAM, y cargó sobre el Estado municipal sueldos, cargas y hasta alquileres de unidades obsoletas. No hay empresa, solo gasto.

El municipio paga por colectivos que no andan y por choferes que no alcanzan. Es un sistema que consume recursos, pero no brinda soluciones. Otra bomba que se dejó activada.

Persona subiendo a un colectivo urbano en una calle de ciudad con árboles y autos estacionados al fondo
El servicio de transporte urbano en Córdoba es cada día peor. | La Derecha Diario

Basura cara, calles sucias

La recolección de residuos consume el 20% del Presupuesto municipal y la ciudad sigue llena de bolsas en cada esquina. Hay tres empresas concesionadas y 1.600 agentes del COyS. Sin embargo, los cordobeses no ven reflejado en las calles lo que pagan en tasas.

El gremio del Surrbac logró aumentos muy por encima de la inflación en 2024. Este año volvió a pedir lo mismo, pero la plata ya no está. Se sumaron deudas a la ex-Afip, a la mutual y a la obra social.

La ciudad está sucia, los contratos vencen y nadie se anima a revisar lo que no funciona. Passerini prefirió no discutir con los gremios. Ahora,  el servicio colapsa y el costo se multiplica.

Bolsas de basura acumuladas en la acera junto a contenedores en una calle urbana con tráfico y comercios al fondo
El Surrbac tensó la paritaria y la ciudad paga más por un servicio de recolección de basura que no mejora. | La Derecha Diario

Servicios estratégicos sin planificación

Aguas Cordobesas tiene contrato hasta 2027, pero ya no hay tiempo para una licitación seria. No hay pliego, ni estrategia, ni discusión pública. Otro parche más de la gestión inoperante del intendente filokirchnerista. 

El intendente tampoco impulsó ningún rediseño estructural del servicio. La red envejece, el mantenimiento es escaso y el costo para el usuario sigue alto. Otra oportunidad perdida.

Lo que podría haberse iniciado en 2024, hoy ya está fuera de tiempo. Se postergó lo urgente, y ahora la ciudad paga las consecuencias de no haber arrancado a tiempo.

Personas manifestándose en la calle con pancartas de Uber, Cabify y Didi frente a un edificio moderno y bajo un cielo despejado
El municipio quiere regular las apps de transporte, impulsando una reforma que dejaría sin trabajo a 15.000 choferes de aplicación. | La Derecha Diario

Apps de transporte: lo que no se quiso tocar

Uber, Didi y Cabify crecieron por la ineficiencia del transporte público, pero el municipio decidió ignorarlos y perseguirlos constantemente. El fallo del TSJ ordenaba hacerlo desde 2019. Passerini dejó pasar la oportunidad y ahora decidió hacerlo persiguiendo choferes, y restringiendo la actividad en desmedro de 15.000 puestos de trabajo.

Recién ahora el municipio reactiva el debate, empujado por protestas de ambos lados. Otra vez, no se anticipó nada y todo estalla en simultáneo. El problema no era nuevo y ahora le explota en la cara.

En vez de ordenar el sistema, se eligió no “pisar callos”. Pero gestionar sin molestar a nadie es dejar que la ciudad se autodestruya. Y eso es lo que hoy ocurre gracias al kirchnerista, Daniel Passerini.

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