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Brasil

Histórica desregulación del mercado laboral en Brasil: Bolsonaro impulsa nuevas modalidades de empleo

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El Congreso le dio media sanción a un ambicioso paquete de medidas que crearán nuevos programas para incentivar la creación de trabajo en el sector privado formal, especialmente para jóvenes, que fue enviado por Jair Bolsonaro.

Después de un primer intento por flexibilizar las regulaciones laborales en Brasil durante el 2017, el Gobierno de Bolsonaro cumple con lo prometido y se prepara para lanzar un ambicioso paquete de medidas para desregular el mercado y generar trabajo formal.

El día de hoy, la Cámara de Diputados brasileña dio media sanción para la reforma laboral que impulsó Bolsonaro, en la cual se incluyen una serie de programas ampliamente ambiciosos para permitir nuevas modalidades de empleo sin ataduras por las regulaciones anteriores.

La iniciativa de Bolsonaro se propone lanzar el REQUIP (Régimen Especial de Calificación e Inclusión Productiva) y el PRIORE (Programa Primera Oportunidad y de Reinserción en el Empleo), que garantizarán la apertura de nuevas modalidades flexibles que ayudarán a reducir el desempleo, especialmente entre los jovenes.

El programa REQUIP crea una nueva modalidad de trabajo en la cual el Estado no regulará el período de vacaciones pagas remuneradas, se elimina la obligatoriedad del aguinaldo y el aporte obligatorio al seguro de desempleo. Los contratos bajo esta modalidad se verán libres de estas regulaciones y tendrán una duración máxima de 18 meses, pensada para jóvenes de entre 18 y 29 años.

REQUIP solamente mantendrá ciertas restricciones sobre el pago de salarios, pues se mantiene vigente la exigencia de un salario mínimo, pero el alivio regulatorio apunta a combatir el alto nivel de desocupación en el segmento etario más joven de la población.

Los empleadores bajo esta modalidad no deberán cargar con impuestos al trabajo (aportes patronales), con lo cual el incentivo para la creación de empleo formal es contundente. El llamado “costo laboral” se ve virtualmente reducido a su mínima expresión, sin afectar en absoluto los salarios y en beneficio de los trabadores.

Bolsonaro junto a Paulo Guedes, el ministro de Economía que ideó esta reforma laboral.

Por otra parte, el programa PRIORE enfatiza la situación del primer empleo para jóvenes y las personas mayores de 55 años que durante un año no hayan podido encontrar trabajo. Para estas situaciones problemáticas, la reforma laboral crea una nueva modalidad legal en la cual el empleador estará eximido de realizar aportes patronales, y si bien se realiza el pago por el seguro de desempleo, la carga que esto supone queda reducida para estos contratos.

Los nuevos contratos flexibles estarán disponibles para cubrir hasta el 25% de la dotación de una empresa promedio. Para el caso de las empresas de hasta 10 empleados, la dotación máxima aumenta hasta el 30%.

La carga por seguros de desempleo quedará reducida para sectores específicos. La contribución actual para cualquier empleador al Fondo de Desempleo es del 8% del salario, pero la reforma laboral permitirá que las microempresas abonen un 2%, las pequeñas empresas pagarán un 4%, y todas las demás sin excepción pagarán hasta un 6%.

Bajo los lineamientos del programa PRIORE, todas las empresas gozarán de una rebaja tributaria en la carga de aportes patronales en torno al 15% con respecto a lo que abonan actualmente. Esto constituye un fuerte incentivo para expandir la contratación formal.

La reforma laboral contempla, además, nuevos cambios en las regulaciones sobre la cantidad de horas máximas para los distintos contratos. Para el caso de la minería, y en una clara señal para impulsar el dinamismo del sector, se resuelve una extensión de la jornada laboral desde las 6 horas actuales hasta un máximo de 12 horas, con un límite de 36 horas semanales. Esto se traducirá a mejoras productivas y salarios más altos.

Bolsonaro en el pleno de la Cámara.

El proyecto con media sanción en el Congreso de Brasil además propone recortar las regulaciones para el pago de horas extras. Este será el caso para los contratos en categorías profesionales como el sector bancario y el periodismo, entre otros. Legalmente las remuneraciones “adicionales” bajarán del 50% al 20% en relación a las horas remuneradas ordinarias.

Para afianzar los derechos de propiedad y fomentar la inversión en capital humano, la reforma plantea la prohibición para anular cualquier tipo de acuerdo extrajudicial, libre y voluntario, entre los trabajadores y las empresas. La justicia de Brasil ya no tendrá la potestad para intervenir en las negociaciones libres entre partes, una reforma muy parecida a la que está impulsando el liberal Guillermo Lasso en Ecuador.

Este último punto busca garantizar mayores acuerdos y evitar conflictos innecesarios que obstaculicen el normal funcionamiento del proceso productivo en Brasil.

Las regulaciones anteriores suponían una gran injusticia, pues independientemente de la voluntad de las partes, el Estado estaba habilitado para imponer una solución no querida ni buscada por trabajadores y empresarios.

Brasil

Desastre del socialismo en Brasil: Lula destruyó las finanzas públicas al cabo de 15 meses de administración

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El Gobierno brasileño abandonó rápidamente el superávit primario heredado de la gestión de Bolsonaro, y el déficit financiero ya es el más alto desde el estallido de la pandemia. Las metas fiscales trazadas por el Ministro Haddad se desdibujan cada vez más.

El socialismo brasileño promulgó una agenda fiscal extremista y completamente irresponsable, que condujo al desequilibrio de las finanzas públicas de Brasil en tiempo récord.

Solamente en los primeros 6 meses de gestión del Presidente Lula da Silva se agotó todo el superávit primario que había dejado Jair Bolsonaro. Al cabo de 15 meses, el último dato publicado por el IBGE y convalidado por el Banco Central de Brasil registró un déficit primario equivalente al 2,47% del PBI para el término de marzo de 2024. Cuando Lula asumió la presidencia, había un superávit en torno al 0,56% del producto respectivamente.

Asimismo, en conjunto con el pago de intereses de la deuda pública, el Gobierno federal de Brasil registró un déficit financiero del 7,5% del PBI en marzo, 3,2 puntos porcentuales por encima del que recibió en enero de 2023. 

La recaudación tributaria se vio favorecida por la introducción de nuevos impuestos, pero la agenda socialista desde el punto de vista de las erogaciones simplemente agotó cualquier posibilidad de saneamiento presupuestario.

El Ministro de Finanzas Fernando Haddad anunció un “bloqueo” de gastos por al menos R$ 2.900 millones de reales, entre inversión pública y gastos prescindibles en el corto plazo. Sin embargo, el déficit fiscal se encuentra en los niveles más altos desde la pandemia, el núcleo radicalizado y de extrema izquierda dentro del oficialismo avanza sobre el posicionamiento de Haddad para profundizar la agenda extremista.

Pese a que el Ministro se comprometió con el déficit primario cero para fin de año, esta meta parece completamente imposible de cumplir. El Gobierno federal incurrió en un desequilibrio de hasta R$ 114.000 millones de reales en febrero, y R$ 63.000 millones adicionales en marzo, pese al tenue superávit por R$ 22.000 millones correspondiente a enero.

El superávit primario puntual en el mes de enero se debe a un efecto propio de la estacionalidad del mes, ya que ciertos impuestos impactan de manera directa en dicho período. Pero el saldo observado en enero de 2024 fue inferior al que se registró en el mismo mes de 2023, 2022 e incluso en comparación con enero de 2021 (en plena pandemia).

La mayor parte de las consultoras privadas de Brasil sugieren que la meta fiscal de Haddad carece de fundamentos, y fundamentalmente de apoyo político interno dentro de la coalición oficialista.

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Brasil

Las prioridades de Lula: Mientras la clase alta disfruta de un show gratuito de Madonna, la clase baja se inunda por falta de inversión

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Casi 60 brasileños fallecieron por las inundaciones y cientos de miles de habitantes de Porto Alegre pierden sus casas, mientras el socialismo gasta casi 12 millones de dólares para llevar a Madonna a las adineradas playas de Copacabana.

Los pudientes residentes de Copacabana saltando y celebrando el show de Madonna financiado por el Estado, y los pobres vecinos de Porto Alegre luchando por su vida para salvar sus pertenencias de la peor inundación de la historia.

Esa es la imagen que dejó este sábado el gobierno de Lula da Silva en Brasil. Toda la retórica de la lucha por cerrar la brecha entre ricos y pobres quedó sepultada debajo de la clásica hipocresía socialista.

Al menos 57 personas han muerto y otras 373 están desaparecidas a causa de las inundaciones que han azotado esta semana el estado brasileño de Rio Grande do Sul, una región donde gobierna la izquierda hace más de 40 años de manera ininterrumpida.

A pesar de las promesas, ni el Partido de los Trabajadores de Lula ni el Partido Social Demócrata del vice de Lula, Gerardo Alckmin, en sus décadas al frente del estado sureño han hecho las obras fluviales necesarias para evitar que las fuertes lluvias colapsen la infraestructura de la región.

El gobierno del izquierdista Eduardo Leite ha tenido que declarar el estado de calamidad en zonas donde hay más de 100.000 damnificados, mientras más de 10.000 han sido desplazadas y más de 4.500 se encuentran en refugios temporales, según explicó defensa civil.

"Desgraciadamente, estamos asistiendo a un desastre histórico", declaró Leite. "Las pérdidas materiales son gigantescas, pero nuestro objetivo en este momento son los rescates. Todavía hay gente esperando ayuda".

Del otro lado de la moneda, está la opulenta presentación que dio "de manera gratuita" el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, quien pertenece al mismo partido izquierdista que Leite, aliado de Lula en el gobierno, llevando a la artista Madonna a las playas de Copacabana.

Llevarla a Madonna para que brinde un show sin cobrar entrada costó unos US$ 3,3 millones de dólares, de los cuales 1,4 millones fueron aportados por el Banco Itaú, que se aseguró ser el espónsor del evento para promocionar sus cien años de operaciones en Brasil, mientras que los restantes 1,9 millones los desembolsó la municipalidad de Río de Janeiro.

A esto hay que sumarle el costo operativo que la ciudad despliega para medidas de seguridad y que el show se desarrolle sin contratiempos. Si bien el municipio se negó a publicar por el momento estos costos, se estima en aproximadamente US$ 10 millones de dólares.

Esto deja en evidencia la destructiva manera en la que el socialismo asigna recursos. Casi 12 millones de dólares fueron destinados en un show que duró apenas unas horas para aproximadamente un millón de cariocas, mientras que hace 40 años que no se invierte en cloacas para evitar inundaciones que afectan a decenas de millones de gaúchos.

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Brasil

Masiva protesta en Brasil en contra de la censura de Lula: Bolsonaro habló ante millones y pidió un aplauso para Elon Musk

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En la protesta se vieron manifestantes vestidos de Bolsonaro, de Elon Musk y hasta del presidente argentino Javier Milei, en favor de la libertad de expresión y el fin del régimen autoritario de Lula.

El ex presidente Jair Bolsonaro convocó a millones de manifestantes en las playas de Copacabana, este domingo en Río de Janeiro, para protestar contra la persecución política del régimen de Lula da Silva y pedir por el fin de la censura en redes sociales contra la oposición.

Millones de manifestantes comenzaron a llegar poco después de las 8 de la mañana. Bolsonaro salió del hotel cercano alrededor de las 10:00 horas, se subió a uno de los camiones y pronunció un discurso que duró unos 35 minutos, con un micrófono y parlantes para que escuche toda la ciudad.

En su discurso, Bolsonaro criticó con dureza a Lula y al juez del Supremo Tribunal Federal (STF), Alexandre de Moraes, por sus medidas contrarias a la libertad de expresión. El juez Moraes ha metido presos a empresarios, políticos, periodistas y activistas bolsonaristas en los últimos 2 años.

El líder de la oposición pidió una amnistía para los presos del 8 de enero, día en el cual manifestantes de derecha ingresaron al edificio del Congreso y de la Corte Suprema en protesta contra el fraude electoral impulsado por el Tribunal Supremo Electoral, que preside el propio Moraes.

Como ocurrió con el Asalto al Capitolo en Estados Unidos dos años antes, no solo el puñado de violentos fue arrestado, sino que el gobierno de Lula mantiene apresados a miles de brasileros que se estaban manifestando pacíficamente y no ingresaron a los edificios públicos ese día.

En otra parte del discurso, Bolsonaro pidió un aplauso para Elon Musk, a quien apodó como una "leyenda" y aseguró que es un "hombre que quiere preservar la libertad". Tras comprar Twitter, Musk desafió a Moraes y levantó todos los bloqueos que había impuesto la Suprema Corte.

El expresidente volvió a hablar de las elecciones de 2022, que fueron robadas por el Tribunal Electoral, y recordó que hubo fraude en las urnas: "Lo que más queremos es que Brasil vuelva a la normalidad, que podamos participar en las elecciones sin sospecha alguna".

"Al fin y al cabo, el alma de la democracia son unas elecciones limpias en las que nadie puede siquiera pensar en dudar de ello", aseguró.

La protesta fue convocada por Bolsonaro en medio de un intento del juez Moraes por apresarlo al expresidente, por una presunta participación en un intento de golpe de Estado para permanecer en el poder, del cual no hay pruebas.

Sin embargo, Moraes ya apresó a varios ex ministros, a múltiples empresarios que le donaban dinero y a todos los periodistas que apoyaron su gobierno. El próximo objetivo de la dictadura, y el gran trofeo que busca Lula, es arrestarlo a Bolsonaro.

A pesar de que Bolsonaro era un simple diputado y que estaba a un año de anunciar su campaña presidencial cuando la Justicia arrestó a Lula en julio de 2017, por lo que no estuvo relacionado en lo más mínimo con su detención, el dictador de izquierda nunca le va a perdonar que puso de Ministro de Justicia a Sergio Moro, el juez que le dictó prisión efectiva.

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