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Cronología de los crímenes de la familia Biden: Un nuevo reporte del Congreso explica con fechas el esquema de sobornos demócrata

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La línea de tiempo fue publicada por los legisladores republicanos que están investigando a Joe Biden. Comienza en 2009 y se extiende hasta 2023, centrándose en las transacciones en Rumania, China, Kazajstán y Ucrania.

El Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, controlado por el Partido Republicano, publicó este martes un documento que detalla la cronología del esquema de tráfico de influencias de Biden, que describe las fechas clave encontradas en su investigación sobre los sobornos de empresarios y políticos extranjeros a la familia Biden.

La línea de tiempo comienza en 2009, señalando el comienzo de la administración de Obama, y ​​continúa hasta 2023, centrándose en los tratos en Rumania, China, Kazajstán y Ucrania, con funcionarios del gobierno y con grandes compañías, en su mayoría empresas estatales.

El esquema de tráficos de influencia que encabeza Joe Biden se resume de la siguiente manera: a partir de noviembre del 2013, Hunter Biden, hijo del actual presidente, y James Biden, su hermano, lanzan una serie de empresas truchas que utilizan para canalizar dinero de empresarios y funcionarios chinos, ucranianos, rusos y rumanos.

Según la investigación, estos sujetos enviaban dinero a la familia Biden a través de estas financieras a cambio de acceso preferencial a la Casa Blanca, durante la gestión demócrata de Obama, donde Biden era vicepresidente.

La cronología de un crimen

La línea de tiempo señala el inicio del esquema de corrupción como el 1ro de noviembre del 2013, cuando Hunter Biden, James Biden, y un grupo de "inversores" chinos acordaron crear Bohai Harvest RST Equity Investment Fund Management (BHR), una de las empresas truchas que más dinero canalizaría para la familia Biden.

El 4 de diciembre de 2013, el entonces vicepresidente Joe Biden viajó con su hijo Hunter a China para reunirse con el director ejecutivo de Harvest, Jonathan Li, una conversación de la cual no se tiene video ni transcripción, y estuvo afuera de la agenda oficial de la oficina presidencial.

Poco después, se aprobó la licencia comercial de BHR y Hunter Biden fue designado como miembro de la junta”, señala el cronograma del comité. La compañía manejó fondos por millones de dólares, los cuales terminaron en los bolsillos de la familia Biden a través de Hunter.

Con respecto a Kazajstán, la cronología señala una reunión entre Hunter Biden y el empresario kazajo Kenes Rakishev en un hotel de Washington D.C. el 5 de febrero de 2014, donde se habría sumado al magnate a la red de tráfico de influencias.

Poco tiempo después, Hunter fundaría su segunda empresa, Rosemont Fonseca, y el 22 de abril de ese mismo año, recibiría US$ 142.300 dólares de Rakishev. Al día siguiente, esa misma cantidad de dinero fue transferida a un concesionario de automóviles para un nuevo auto de lujo deportivo que quedó a nombre de Hunter Biden.

Ese mismo año, Hunter Biden cerró un acuerdo con Burisma Holdings, la compañía energética ucraniana más grande del país, la cual invirtió grandes cantidades de dinero en Rosemont y, poco tiempo después, lo designó como parte de su Junta Directiva, a pesar de que el hijo del entonces vicepresidente era un abogado con nula experiencia en el sector energético.

En diciembre de 2014, la compañía petrolera de Rakishev, junto a Burisma y una compañía vinculada los socios chinos de Biden anunciaron un acuerdo financiero transnacional, donde harían inversiones cruzadas entre las tres empresas. En 2018, este acuerdo sería acusado de ser un complot para lavar dinero por parte de la Red de Ejecución de Delitos Financieros del Tesoro de EE.UU.

El 20 de marzo de 2015, Hunter Biden organizó una cena de negocios en el Café Milano de Washington D.C. donde Joe Biden se reunió a solas con Vadym Pozharskyi, funcionario de alto nivel de Burisma. Esta reunión es exactamente lo que estaba vendiendo la familia Biden: encuentros extraoficiales del vicepresidente con empresarios que de otra manera no tendrían acceso a la Casa Blanca.

Más tarde ese año, en otra reunión del 2 de noviembre de 2015, Pozharskyi le sugirió a Biden que funcionarios estadounidenses de alto nivel fueran a Ucrania para hablar con el fiscal general Viktor Shokin y el presidente Petro Poroshenko para frenar la investigación contra Burisma.

Más tarde ese año, Joe Biden viajó a Ucrania y el 7 de diciembre de 2015 le exigió al mandatario ucraniano que se despidiera al fiscal general Shokin, si no, no le liberarían un desembolso de US$ 1.000 millones de dólares que estaban esperando del Fondo Monetario Internacional. 

Esto no es especulación, el propio Biden lo contó algunos años después, en 2019, muy orgulloso, en una entrevista que dio en un panel del Council for Foreign Relations. “Recuerdo haber convencido a mi equipo de que debíamos darle préstamos a Ucrania. Supongo que la vez número doce o trece que fuimos a Kiev teníamos que anunciar un préstamo de US$ 1.000 millones de dólares“, empieza contando.

Teníamos el compromiso del [presidente] Poroshenko y del [primer ministro] Yatzenyuk de que iban a echar al Fiscal General [Viktor Shokin], pero no lo hicieron“, relata. “Así que cuando me reuní con ellos les dije, ‘no les vamos a dar el billón de dólares’“.

Y me dijeron, ‘vos no tenés esa autoridad, no sos el presidente’, y les dije ‘llamenlo’ [a Obama]. Y agregué: ‘No van a obtener este préstamo si no lo despiden’“, cuenta Biden entre las risas nerviosas del público, que se dieron cuenta que estaba diciendo algo que no debía.

Me tenía que ir en 6 horas entonces les digo, ‘me voy en 6 horas, si el fiscal no es despedido en 6 horas se quedan sin la plata’“, asegura que les dijo. “Y bueno, hijos de puta, lo echaron“, completa entre risas.

Y mientras el público se ríe nerviosamente, Biden se termina de hundir: “En su lugar pusieron a alguien que era sólida“, en referencia a Yuriy Lutsenko, el fiscal que pusieron en su lugar, quien era amigable a los Estados Unidos e inmediatamente cerró la investigación a Burisma.

El 4 de febrero de 2016, la línea de tiempo señala que el propietario de Burisma, Mykola Zlochevsky, le dio a "Hunter Biden obsequios de cumpleaños extravagantes y no especificados", por un valor que alcanzó los US$ 400.000 dólares, en lo que se especula que es un pago por haber gestionado la presión que ejerció su padre para que despidan al fiscal Shokin.

La línea de tiempo también profundiza en los negociados de Biden en China. En septiembre de 2014, BHR invirtió US$ 1.700 millones de dólares en una empresa química y de petróleo vinculada al Partido Comunista Chino (PCCh), y en diciembre del mismo año, Hunter Biden y y algunos de sus socios sacaron US$ 484.920 de dólares de BHR.

En septiembre de 2016, BHR se unió a una entidad vinculada al PCCh para adquirir Henniges Automotive, con sede en EE.UU., un acuerdo por valor de US$ 60 millones de dólares. En noviembre de 2016, BHR acordó comprar la participación minoritaria de Lundin Mining Corp en la mina africana de cobalto y cobre Teke Fungurume Mining SA por US$ 1.140 millones de dólares. En enero de 2017, BHR invirtió US$ 460 millones de dólares en una empresa china de reconocimiento facial.

La cronología muestra que Hunter Biden y el presidente de CEFC, la mayor empresa petrolera de China, Ye Jianming, comenzaron a comunicarse sobre una posible asociación con EE.UU. el 7 de diciembre de 2015. El 16 de febrero de 2017, Jianming le dio a Hunter Biden un diamante valorado en US$ 80.000 como un "regalo" después de cenar juntos en Miami.

El 1 de marzo del mismo año, CEFC transfirió US$ 3 millones de dólares a Robinson Walker LLC, una entidad propiedad al testaferro de Biden, Rob Walker. El 6 de marzo, la firma Robinson Walker transfirió US$ 6.000 dólares a una cuenta bancaria de Hunter Biden que compartía con su padre, Joe Biden. 

El 13 de marzo, Robinson Walker transfirió otros US$ 25.000 dólares a la misma cuenta de la familia Biden. El 20 de marzo de 2017, Robinson Walker transfirió a Hallie Biden, la viuda de Beau Biden y amante de Hunter, otros US$ 25.000 dólares. El 27 de marzo, Robinson Walker transfirió a Owasco PC, otra compañía trucha propiedad de Hunter Biden, unos US$ 50.000 dólares.

Desde entonces a la fecha, se han corroborado otros pagos del testaferro. La compañía pantalla le transfirió dinero a varios miembros de la familia Biden, incluidos US$ $175.000 a JBBSR INC, propiedad de James Biden, y otros US$ 300.000 a Owasco PC.

El 1 de mayo de 2017, un socio de la familia Biden dijo que Joe Biden asistió a una reunión del CEFC en el Four Seasons de Los Ángeles. El 13 de mayo de 2017, un correo electrónico entre los socios comerciales de Biden mencionó: "Le guardamos 10 millones de H [Hunter] para el tipo grande", en lo que se cree que es una referencia a Joe Biden.

El 30 de julio de 2017, como lo reveló el testimonio de un denunciante, Hunter Biden envió un mensaje de WhatsApp a una empresa china que decía: "Estoy sentado aquí con mi padre y nos gustaría entender por qué no se ha cumplido el compromiso", luego de que el funcionario chino de CEFC, Gongwen Dong, se arrepintiera a último momento de pagar un soborno.

"Me aseguraré de que, entre el hombre sentado a mi lado y todas las personas que conoce, y mi capacidad para guardar rencor para siempre, ustedes se arrepientan de no seguir adelante con esto", dice según evidencia de su teléfono.

El 2 de agosto de 2017, se forma la entidad conjunta Hudson West III, LLC, con el 50 por ciento propiedad de Dong y el 50 por ciento de Hunter Biden, fondeada con casi un millón de dólares. Todo indica que Dong finalmente decidió proceder con el soborno tras ser amenazado por los Biden.

Pero esta operación salió mal. Ya con Trump en el poder, el 8 de noviembre de 2017, el funcionario del CEFC, Patrick Ho, fue arrestado en Estados Unidos bajo sospecha de soborno y lavado de dinero en nombre de CEFC China. Para marzo del año siguiente, Hudson West III LLC y CEFC comienzan a disolverse, con Ho siendo condenado en diciembre de 2018 y sentenciado en marzo de 2019.

Estados Unidos

Elon Musk opinó sobre la persecución política a Trump: "Cuanto más intenten meterlo preso, más subirá en las encuestas"

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En medio de un juicio político en contra de Trump, el dueño de Tesla, SpaceX y Twitter advirtió que lo único que van a lograr los demócratas es que termine volviendo a ser presidente.

Donald Trump está atravesando una brutal persecución política por parte del Partido Demócrata, que ha iniciado más de 8 causas en su contra con el objetivo de que reciba una condena a prisión y deba bajarse de las elecciones presidenciales de noviembre.

En estos días, el líder republicano está peleando un juicio en Nueva York por un supuesto soborno que le habría dado a una actriz porno en 2016, para que no revele públicamente que había tenido relaciones con él.

La mayor evidencia que tienen los fiscales demócratas es el testimonio de la propia mujer, Stormy Daniels, y desde la defensa de Trump aseguran que el pago lo realizó su ex abogado Michael Cohen, quien utilizó su propio dinero para pagarle a Daniels, sin nunca consultarlo con Trump.

En este contexto, el hombre más rico del mundo, Elon Musk, quien recientemente recomendó invertir en Argentina, opinó sobre la persecución contra Trump, y advirtió: “Cuanto más injustos le parezcan al público los ataques a Trump, más subirá en las encuestas”.

El comentario de Musk surge en respuesta a un posteo de X (ex Twitter) publicado el 13 de mayo, luego de la comparecencia de Trump en el estrado y el testimonio de uno de los testigos clave, del candidato republicano Blake Masters, quien escribió: "Es difícil expresar con palabras la asombrosa corrupción del tribunal canguro de Alvin Bragg en la ciudad de Nueva York".

La advertencia tiene que ver también con que el expresidente lidera las encuestas en todos los estados en disputa, excepto Wisconsin. Trump está por delante en Arizona, Georgia, Pensilvania, Virginia, Michigan, Carolina del Norte y en Nevada.

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Estados Unidos

Trump y Biden aceptaron hacer un debate presidencial el próximo 27 de junio en los estudios de CNN

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Los mandatarios se cruzarán en el debate de la emisora demócrata. El republicano jugará de visitante.

El presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump aceptaron una invitación de CNN para debatir el 27 de junio, un enfrentamiento que romperá el récord por ser el más temprano en una campaña presidencial, que marcará la pauta las elecciones de este año.

Recibí y acepté una invitación de @CNN para un debate el 27 de junio. Depende de usted, Donald. Como dijiste: en cualquier lugar, en cualquier momento y en cualquier lugar”, dijo Biden en una publicación en X.

Trump le respondió inmediatamente a Kaitlan Collins, periodista de CNN: "La respuesta es sí, lo aceptaré". El republicano confirmó que no tiene ningún problema en "jugar de visitante" y le aclaró a la CNN: "Pongan el moderador que quieran, no les tengo miedo".

Según un comunicado de prensa de CNN, el debate se llevará a cabo en los estudios de la cadena en Atlanta sin audiencia presente, algo que nunca había ocurrido en los debates entre candidatos presidenciales, ni siquiera cuando estaba la pandemia.

Más tarde el miércoles por la mañana, ambos mandatarios confirmaron que habían aceptado otra invitación de ABC para celebrar un segundo debate el 10 de septiembre.

A pesar de sus claros problemas de senilidad, Biden dijo recientemente que tenía ganas de debatir con Trump, aunque no se comprometió con el formato de dicho debate y le dijo al locutor de radio Howard Stern: "Estoy feliz de debatir con él".

En un patético video en las redes sociales que luego ratificó en una carta a la Comisión de Debates Presidenciales, Biden expuso los términos propuestos, incluidas posibles fechas de debate en junio y septiembre.

El video de Biden hablando directamente a una cámara publicado el miércoles por la mañana se viralizó por la enorme cantidad de edición que se le tuvo que hacer, probablemente debido a la dificultad del actual presidente para hablar de corrido.

Donald Trump perdió dos debates contra mí en 2020. Desde entonces no se ha presentado a ningún debate. Ahora actúa como si quisiera debatir conmigo de nuevo”, dijo Biden.

Bueno, alégrame el día, amigo, incluso lo haré dos veces. Así que elijamos las fechas, Donald. He oído que estás libre los miércoles”, continuó Biden , en alusión al calendario judicial de Trump. En la carta, la campaña de Biden reconoció que el primer debate probablemente tendría lugar después de que concluya el juicio criminal de Trump por la presecución política de su gobierno.

En una publicación en Truth Social el miércoles, Trump aceptó el cronograma revisado: "Estoy listo y dispuesto a debatir contra Delincuente Joe en los dos momentos propuestos en junio y septiembre", y agregó que "recomendaría firmemente" más de los dos debates propuestos. . Un alto asesor de Trump le dijo a CNN que están “listos para debatir” con Biden y revisar los términos, pero que están ansiosos por un enfrentamiento en el escenario.

El equipo de Trump también pidió que los candidatos participaran en cuatro debates en total, el doble de lo solicitado por Biden. La campaña de Biden por el momento no ha aceptado la propuesta.

El formato está en línea con una propuesta de la campaña de Biden a la comisión en su carta, que Trump rechazó en su publicación de Truth Social, diciendo que preferiría, “para propósitos de emoción, un lugar muy grande, aunque Biden supuestamente tiene miedo de multitudes”.

Sólo dime cuándo estaré allí”, dijo Trump, y remató: "¡¡¡Preparémonos para la fiesta!!!"

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Economía

El Presidente Biden anunció una nueva guerra comercial contra China: Se establecieron aranceles de entre el 25% y el 100%

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Biden desató una agresiva impronta arancelaria contra China como no se veía desde el año 2019. Se espera una pronta respuesta arancelaria por parte del régimen de Xi Jinping, desatando así una nueva guerra comercial que repercutirá a nivel global.

En medio de la campaña electoral, y viéndose superado por las principales encuestas frente a su contrincante republicano Donald Trump, el Presidente Joe Biden anunció una oleada de represalias arancelarias en contra de las importaciones provenientes de China, muchas de las cuales afectan a sectores especialmente dinámicos y competitivos.

Biden tomó la decisión de establecer recargos drásticamente más elevados en comparación a los que había establecido su predecesor entre 2018 y 2019, pero con una lógica sustancialmente diferente: esta vez se pretende articular una protección de carácter permanente, y los aranceles ya no se ven inmiscuidos como una mera regla de negociación para que China profundice la desregulación sobre su mercado de divisas.

El Presidente Biden anunció una impronta abiertamente proteccionista, y los principales damnificados de esta política serán los propios consumidores estadounidenses que deberán enfrentarse a precios y costos más elevados. Se anunciaron las siguientes disposiciones contra las importaciones chinas:

  • Arancel del 25% sobre el acero y el aluminio
  • Arancel del 50% sobre semiconductores y paneles solares
  • Arancel del 100% sobre los vehículos eléctricos

Los aranceles anunciados protegerán a la industria estadounidense frente a la competencia china, en detrimento de la calidad de sus productos y del poder adquisitivo de los consumidores locales. Muchas enfrentas enfrentarán un gran aumento de costos que sin lugar a dudas será trasladado al bolsillo del consumidor.

También constituye un fuerte desaliento para la inversión extranjera directa de largo plazo, ya que la constante alteración de las reglas de juego generan un clima de inestabilidad que hace imposible la previsión.

Pero incluso a pesar de los evidentes daños generados para los consumidores, los beneficios para la industria estadounidense podrían verse diluídos rápidamente, tan pronto como aparecieron en primer lugar.

Dado el gran tamaño de la economía estadounidense, resulta factible que la aplicación de aranceles puntales revitalicen frente a su par asiático. Sin embargo, es casi un hecho el régimen chino adoptará medidas arancelarias de represalia en la dirección opuesta, desatando una nueva y agresiva guerra comercial.

En caso de que esto ocurra, y con toda seguridad resulta el escenario más probable, entonces quedarían erradicadas todas las ganancias de competitividad que pudiera tener Estados Unidos frente a China. 

El resultado de equilibrio podría traer aparejado un nivel más alto de precios internos tanto en China como en Estados Unidos, pero ninguna ganancia de competitividad para ninguno de los dos países debido a que la relación entre aranceles permanecería relativamente constante.

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