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Estados Unidos

Es oficial: El fiscal especial de Biden pidió el arresto de Donald Trump por el "Asalto al Capitolio" y será juzgado en Washington DC

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El fiscal especial designado por Biden para investigar a Trump, Jack Smith, volvió a pedir la detención del principal candidato a presidente, esta vez bajo la acusación de que lideró los eventos del 6 de enero del 2021.

En una situación digna de una república bananera como Brasil donde Bolsonaro fue inhabilitado a competir en las próximas elecciones, el Departamento de Justicia de Biden acaba de pedir, por tercera vez, el arresto de Donald Trump, quien se deberá presentar este jueves 3 de agosto en los tribunales.

A diferencia de los anteriores dos casos, donde los delitos que se le imputan son menores y poco trascendentes, en esta oportunidad, el fiscal especial demócrata Jack Smith ha pedido imputar en la causa del "Asalto al Capitolio" del 6 de enero del 2021, acusando al entonces presidente de haber promovido un golpe de Estado.

Se trata de la tercer orden de arresto que recibe desde que anunció su candidatura a presidente a fines del año pasado, en una clara y preocupante persecución política de un mandatario sin escrupulos para evitar competir contra su principal rival político.

Trump actualmente lidera cómodo las encuestas, incluso las que lo daban perdiendo por más de 10 puntos en 2020, y la desesperación en el Partido Demócrata es total. Luego de que no prosperaran las acusaciones en el caso en el que está imputado en Nueva York, por el fiscal demócrata Alvin Bragg, y en el otro caso que está imputado a nivel federal en Florida, también por el fiscal Jack Smith.

Pero la diferencia es que en este caso, Trump fue imputado en Washington D.C., donde será juzgado por un tribunal compuesto por ciudadanos de la capital del país. El ex mandatario se enfrentará a un juicio por jurado extremadamente hostil, ya que éste estará compuesto por personas de Washington D.C., donde los republicanos obtuvieron solo el 5,4% de los votos en 2020 frente al 92,15% de Biden.

Ahora, fue acusado de 4 cargos, que incluyen conspiración para defraudar al gobierno, conspiración para obstruir un procedimiento oficial, intento de obstruir un procedimiento oficial, y conspiración para limitar los derechos de los estadounidenses.

Un trastornado Jack Smith dio una conferencia de prensa este martes por la noche donde confirmó la acusación contra el ex presidente Trump, que hasta el momento había sido filtrada por periodistas con acceso a la información.

El fiscal fue designado por el presidente Joe Biden por decreto para investigar a Donald Trump por la manipulación de documentos clasificados. En aquella investigación, Smith fue el responsable de pedir el allanamiento de la propiedad de Trump en Florida, Mar-A-Lago, para incautar estos documentos.

Sin embargo, tras fracasar en conseguir una rápida conclusión a esa investigación, el fiscal demócrata ahora avanzó a la siguiente mejor opción; tratar de arrestar al ex presidente por su rol en el "Asalto al Capitolio".

En la conferencia de prensa, que solo duró dos minutos y no respondió ninguna pregunta, Smith caracterizó los disturbios en el Capitolio de EE.UU. el 6 de enero de 2021 como un "ataque sin precedentes a la sede de la democracia estadounidense".

La acusación presentada por el fiscal de Biden, establece que Trump reclutó a seis co-conspiradores para "ayudarlo en sus esfuerzos criminales para anular los resultados legítimos de las elecciones presidenciales de 2020 y retener el poder".

Estos supuestos "co-conspiradores" no son más que algunos ministros de su gobierno y abogados personales a los cuales empleó para que presenten las acusaciones en su nombre de que hubo fraude electoral en los comicios del 2020.

Según el Departamento de Justicia de Biden, los abogados personales de Trump estaban "dispuestos a difundir afirmaciones falsas y perseguir estrategias que los abogados del Partido Republicano no harían".

Irónicamente, en la acusación, el fiscal Jack Smith, que responde al Fiscal General de Biden, Merrick Garland, el ministro de Justicia de la Casa Blanca, dijo que los ministros y fiscales de Trump "intentaron utilizar el Departamento de Justicia para abrir investigaciones falsas de delitos electorales e influir en las legislaturas estatales con afirmaciones falsas deliberadas de fraude electoral", exactamente lo que está haciendo él mismo ahora.

La acusación formal no nombra ni pide procesar a estos seis "co-conspiradores" y ubica a Trump como el único responsable de los esfuerzos por demostrar el fraude electoral luego de las elecciones de noviembre del 2020.

Según el fiscal querellante, Trump estaba "decidido a permanecer en el poder" después de las elecciones de 2020, y durante los dos meses posteriores a las elecciones "el acusado difundió mentiras de que hubo un fraude que determinó el resultado de las elecciones y que en realidad ganó".

El Departamento de Justicia afirmó que Trump difundió a sabiendas afirmaciones falsas de que ganó las elecciones y continuó difundiéndolas "para hacer que sus afirmaciones falsas a sabiendas parezcan legítimas, crear una intensa atmósfera nacional de desconfianza e ira, y erosionar la fe pública en las elecciones de Estados Unidos".

Desde ya, todo indica que esto entraría dentro las protecciones de la libertad de expresión que existen en Estados Unidos, por lo que es un argumento bastante pobre. Sin involucrar a los supuestos "co-conspiradores" y basándose en afirmaciones del ex mandatario, la causa es muy pobre.

Es por eso que el fiscal Jack Smith corona la denuncia poniendo sobre la mesa el rol de Donald Trump durante los eventos del 6 de enero del 2021, el llamado "Asalto al Capitolio".

"Donald Trump conspiró para obstruir e impedir de manera corrupta el procedimiento del Congreso del 6 de enero, en el que se cuentan y certifican los resultados recopilados de las elecciones presidenciales (‘el procedimiento de certificación’), en violación al artículo 18 USC sección 1512 (k)".

"También conspiró en contra el derecho al voto y al cómputo del voto, en violación de la sección 241 de 18 USC", escribió en la denuncia. En el primer cargo, conspiración para defraudar a los Estados Unidos, la acusación formal alega que Trump conspiró con cómplices para defraudar a los EE. UU. y anular los resultados de las elecciones de 2020 "mediante el uso a sabiendas de afirmaciones falsas de fraude electoral para obstruir la función federal mediante la cual esos los resultados se recopilan, cuentan y certifican".

"El acusado y los co-conspiradores intentaron usar el poder y la autoridad del Departamento de Justicia para realizar investigaciones de delitos electorales falsos y enviar una carta a los estados seleccionados que afirmaba falsamente que el Departamento de Justicia había identificado preocupaciones importantes que pueden haber afectado la elección resultado", afirma la acusación, y agrega que Trump y otros intentaron obtener la ayuda del entonces vicepresidente Mike Pence.

"Después de que se hizo público en la tarde del 6 de enero que el vicepresidente no alteraría de manera fraudulenta los resultados de las elecciones, una multitud grande y enojada, incluidas muchas personas a quienes el acusado había engañado para creer que el vicepresidente podía y podría cambiar los resultados de las elecciones, atacaron violentamente el Capitolio y detuvieron el procedimiento", asegura Smith.

Además de los reclamos presentados en el cargo uno, la acusación formal alega en relación con el cargo dos, conspiración para obstruir un procedimiento oficial, que Trump "combinó a sabiendas conspirar, confederarse y estar de acuerdo con co-conspiradores, conocidos y desconocidos por el Gran Jurado, para obstruir e impedir corruptamente un procedimiento oficial, esto es, la certificación del voto electoral".

Con respecto al cargo tres, la acusación formal alega que Trump “intentó obstruir e impedir de manera corrupta un procedimiento oficial, es decir, la certificación del voto electoral, y lo hizo". Con respecto al cargo 4, Trump presuntamente conspiró con otros para lesionar, oprimir, amenazar e intimidar a una o más personas en el libre ejercicio y goce de un derecho y privilegio que les garantiza la Constitución. Rara acusación que luego aclara que se trata del derecho a votar, y no otros derechos como parecería indicar.

Estados Unidos

Elon Musk opinó sobre la persecución política a Trump: "Cuanto más intenten meterlo preso, más subirá en las encuestas"

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En medio de un juicio político en contra de Trump, el dueño de Tesla, SpaceX y Twitter advirtió que lo único que van a lograr los demócratas es que termine volviendo a ser presidente.

Donald Trump está atravesando una brutal persecución política por parte del Partido Demócrata, que ha iniciado más de 8 causas en su contra con el objetivo de que reciba una condena a prisión y deba bajarse de las elecciones presidenciales de noviembre.

En estos días, el líder republicano está peleando un juicio en Nueva York por un supuesto soborno que le habría dado a una actriz porno en 2016, para que no revele públicamente que había tenido relaciones con él.

La mayor evidencia que tienen los fiscales demócratas es el testimonio de la propia mujer, Stormy Daniels, y desde la defensa de Trump aseguran que el pago lo realizó su ex abogado Michael Cohen, quien utilizó su propio dinero para pagarle a Daniels, sin nunca consultarlo con Trump.

En este contexto, el hombre más rico del mundo, Elon Musk, quien recientemente recomendó invertir en Argentina, opinó sobre la persecución contra Trump, y advirtió: “Cuanto más injustos le parezcan al público los ataques a Trump, más subirá en las encuestas”.

El comentario de Musk surge en respuesta a un posteo de X (ex Twitter) publicado el 13 de mayo, luego de la comparecencia de Trump en el estrado y el testimonio de uno de los testigos clave, del candidato republicano Blake Masters, quien escribió: "Es difícil expresar con palabras la asombrosa corrupción del tribunal canguro de Alvin Bragg en la ciudad de Nueva York".

La advertencia tiene que ver también con que el expresidente lidera las encuestas en todos los estados en disputa, excepto Wisconsin. Trump está por delante en Arizona, Georgia, Pensilvania, Virginia, Michigan, Carolina del Norte y en Nevada.

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Estados Unidos

Trump y Biden aceptaron hacer un debate presidencial el próximo 27 de junio en los estudios de CNN

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Los mandatarios se cruzarán en el debate de la emisora demócrata. El republicano jugará de visitante.

El presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump aceptaron una invitación de CNN para debatir el 27 de junio, un enfrentamiento que romperá el récord por ser el más temprano en una campaña presidencial, que marcará la pauta las elecciones de este año.

Recibí y acepté una invitación de @CNN para un debate el 27 de junio. Depende de usted, Donald. Como dijiste: en cualquier lugar, en cualquier momento y en cualquier lugar”, dijo Biden en una publicación en X.

Trump le respondió inmediatamente a Kaitlan Collins, periodista de CNN: "La respuesta es sí, lo aceptaré". El republicano confirmó que no tiene ningún problema en "jugar de visitante" y le aclaró a la CNN: "Pongan el moderador que quieran, no les tengo miedo".

Según un comunicado de prensa de CNN, el debate se llevará a cabo en los estudios de la cadena en Atlanta sin audiencia presente, algo que nunca había ocurrido en los debates entre candidatos presidenciales, ni siquiera cuando estaba la pandemia.

Más tarde el miércoles por la mañana, ambos mandatarios confirmaron que habían aceptado otra invitación de ABC para celebrar un segundo debate el 10 de septiembre.

A pesar de sus claros problemas de senilidad, Biden dijo recientemente que tenía ganas de debatir con Trump, aunque no se comprometió con el formato de dicho debate y le dijo al locutor de radio Howard Stern: "Estoy feliz de debatir con él".

En un patético video en las redes sociales que luego ratificó en una carta a la Comisión de Debates Presidenciales, Biden expuso los términos propuestos, incluidas posibles fechas de debate en junio y septiembre.

El video de Biden hablando directamente a una cámara publicado el miércoles por la mañana se viralizó por la enorme cantidad de edición que se le tuvo que hacer, probablemente debido a la dificultad del actual presidente para hablar de corrido.

Donald Trump perdió dos debates contra mí en 2020. Desde entonces no se ha presentado a ningún debate. Ahora actúa como si quisiera debatir conmigo de nuevo”, dijo Biden.

Bueno, alégrame el día, amigo, incluso lo haré dos veces. Así que elijamos las fechas, Donald. He oído que estás libre los miércoles”, continuó Biden , en alusión al calendario judicial de Trump. En la carta, la campaña de Biden reconoció que el primer debate probablemente tendría lugar después de que concluya el juicio criminal de Trump por la presecución política de su gobierno.

En una publicación en Truth Social el miércoles, Trump aceptó el cronograma revisado: "Estoy listo y dispuesto a debatir contra Delincuente Joe en los dos momentos propuestos en junio y septiembre", y agregó que "recomendaría firmemente" más de los dos debates propuestos. . Un alto asesor de Trump le dijo a CNN que están “listos para debatir” con Biden y revisar los términos, pero que están ansiosos por un enfrentamiento en el escenario.

El equipo de Trump también pidió que los candidatos participaran en cuatro debates en total, el doble de lo solicitado por Biden. La campaña de Biden por el momento no ha aceptado la propuesta.

El formato está en línea con una propuesta de la campaña de Biden a la comisión en su carta, que Trump rechazó en su publicación de Truth Social, diciendo que preferiría, “para propósitos de emoción, un lugar muy grande, aunque Biden supuestamente tiene miedo de multitudes”.

Sólo dime cuándo estaré allí”, dijo Trump, y remató: "¡¡¡Preparémonos para la fiesta!!!"

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Economía

El Presidente Biden anunció una nueva guerra comercial contra China: Se establecieron aranceles de entre el 25% y el 100%

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Biden desató una agresiva impronta arancelaria contra China como no se veía desde el año 2019. Se espera una pronta respuesta arancelaria por parte del régimen de Xi Jinping, desatando así una nueva guerra comercial que repercutirá a nivel global.

En medio de la campaña electoral, y viéndose superado por las principales encuestas frente a su contrincante republicano Donald Trump, el Presidente Joe Biden anunció una oleada de represalias arancelarias en contra de las importaciones provenientes de China, muchas de las cuales afectan a sectores especialmente dinámicos y competitivos.

Biden tomó la decisión de establecer recargos drásticamente más elevados en comparación a los que había establecido su predecesor entre 2018 y 2019, pero con una lógica sustancialmente diferente: esta vez se pretende articular una protección de carácter permanente, y los aranceles ya no se ven inmiscuidos como una mera regla de negociación para que China profundice la desregulación sobre su mercado de divisas.

El Presidente Biden anunció una impronta abiertamente proteccionista, y los principales damnificados de esta política serán los propios consumidores estadounidenses que deberán enfrentarse a precios y costos más elevados. Se anunciaron las siguientes disposiciones contra las importaciones chinas:

  • Arancel del 25% sobre el acero y el aluminio
  • Arancel del 50% sobre semiconductores y paneles solares
  • Arancel del 100% sobre los vehículos eléctricos

Los aranceles anunciados protegerán a la industria estadounidense frente a la competencia china, en detrimento de la calidad de sus productos y del poder adquisitivo de los consumidores locales. Muchas enfrentas enfrentarán un gran aumento de costos que sin lugar a dudas será trasladado al bolsillo del consumidor.

También constituye un fuerte desaliento para la inversión extranjera directa de largo plazo, ya que la constante alteración de las reglas de juego generan un clima de inestabilidad que hace imposible la previsión.

Pero incluso a pesar de los evidentes daños generados para los consumidores, los beneficios para la industria estadounidense podrían verse diluídos rápidamente, tan pronto como aparecieron en primer lugar.

Dado el gran tamaño de la economía estadounidense, resulta factible que la aplicación de aranceles puntales revitalicen frente a su par asiático. Sin embargo, es casi un hecho el régimen chino adoptará medidas arancelarias de represalia en la dirección opuesta, desatando una nueva y agresiva guerra comercial.

En caso de que esto ocurra, y con toda seguridad resulta el escenario más probable, entonces quedarían erradicadas todas las ganancias de competitividad que pudiera tener Estados Unidos frente a China. 

El resultado de equilibrio podría traer aparejado un nivel más alto de precios internos tanto en China como en Estados Unidos, pero ninguna ganancia de competitividad para ninguno de los dos países debido a que la relación entre aranceles permanecería relativamente constante.

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