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Economía

El FMI rescata a Massa: Adelantará préstamos por hasta US$ 7.500 millones de dólares en agosto

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El FMI volvió a auxiliar al Gobierno justo antes de las elecciones, y destrabó un nuevo desembolso que podrá ser utilizado para intervenir en la cotización del dólar. Las autoridades del organismo multilateral se juntarán con el equipo económico para firmar el acuerdo en la segunda mitad de agosto.

El Gobierno kirchnerista dirigido por Sergio Massa y el Fondo Monetario Internacional (FMI) confirmaron de manera conjunta la llegada de un nuevo acuerdo, perfilado para concretar la quinta y sexta revisión oficial de los parámetros desde su firma original en el año 2020.

Si bien los anuncios contribuyeron a llevar calma a los mercados y a la fluctuación del Riesgo País, la firma del acuerdo tendrá lugar en la segunda quincena de agosto, una vez pasadas las próximas elecciones PASO, lo cual sirve para frenar la corrida pero no tendrá ningún efecto sobre las reservas del Banco Central hasta entonces. También se anticipa una octava revisión programada para el mes de noviembre, junto con el seguimiento general de las metas establecidas.

La noticia supone un fuerte viento de cola para el oficialismo, ya que el Fondo aprobó un desembolso de hasta US$ 7.500 millones de dólares que llegará en el transcurso de agosto. Esta maniobra sólo fue posible debido a que el ministro Sergio Massa dispuso una “devaluación fiscal” para compensar la extrema salida de divisas que sostenía el Banco Central con sus intervenciones diarias.

Además, quedó en evidencia la clara preferencia por Massa que tiene el gobierno de Joe Biden, principal fuerza dentro del FMI, ya que, si bien el acuerdo se firmará luego de las PASO, hubo un trabajo político para que el anuncio salga exactamente dos semanas antes que las elecciones primarias.

Las claves principales del acuerdo

Política monetaria y tipo de cambio

Una vez realizada la devaluación por vía fiscal a través del impuesto PAIS, la revisión del acuerdo con el FMI exige el mantenimiento del régimen de crawling-peg ajustando el tipo de cambio oficial en línea con la inflación (no se podrán permitir mayores atrasos de la paridad en términos reales).

Se fija la tasa de política monetaria del Banco Central (lo que pagan de intereses las Leliq) que quedará inalterada en el 155% anual en términos efectivos (97% de tasa nominal anual). Si bien se pretende mantener una tasa positiva en términos reales, lo cierto es que la presión aplastante del déficit cuasi-fiscal hace que cualquier maniobra de suba de tasas se vuelva contraproducente.

El FMI da luz verde para que el Gobierno pueda hacer uso de los próximos desembolsos para intervenir la cotización del dólar en los segmentos alternativos, lo cual apunta a contener la corrida cambiaria del blue.

Política fiscal

Se mantiene inalterada la meta para alcanzar un déficit primario del 1,9% del PBI para fin de año, y esto prevé un muy fuerte endurecimiento de la política fiscal de cara al segundo semestre.

La meta fiscal es muy difícil de cumplir. Solo en la primera mitad del año se acumuló un desequilibrio primario equivalente al 1,1% del PBI, y el Gobierno tendría que respetar un tope del 0,8% del producto para los 6 meses restantes

Por una cuestión de estacionalidad (por ejemplo el pago de aguinaldos, la liquidación de retenciones, la recaudación por Ganancias, etc) el comportamiento típico del déficit siempre resulta más expansivo en el segundo semestre que en el primero.

El acuerdo con el FMI establece la aceleración de la quita de subsidios a las tarifas de servicios públicos, especialmente sobre el transporte y el sector energético. También establece un mayor control de los gastos de asistencia social, en particular apuntando en contra del “plan platita” que desplegó Massa sobre jubilaciones y transferencias.

Financiación del déficit fiscal y reservas internacionales

El reciente acuerdo establece el seguimiento y mantenimiento de las metas trazadas para el Banco Central en cuanto a la financiación monetaria directa al Tesoro (a través de adelantos transitorios y transferencia de utilidades).

Sin embargo, se dio luz verde para un mayor financiamiento monetario indirecto a través de la compra de títulos públicos por parte del BCRA. También se insta a lograr un mayor financiamiento mediante colocación de cada vez más deuda en pesos a tasas elevadas.

Se modifica la meta de acumulación de reservas para fin de año, y se flexibiliza de los US$ 10.277 millones a tan solo US$ 3.277 millones. Actualmente el Banco Central posee una posición de reservas netas con un rojo de 8.000 millones de dólares, y deberá acumular por lo menos US$ 11.277 millones en lo que resta del 2023.

El Fondo Monetario espera que la recuperación de la sequía, la extensión de la devaluación cambiaria por el “dólar agro” y la mejora del balance energético puedan impulsar la concreción de la meta, pero el Gobierno no ofrece ninguna garantía.

Economía

El Banco Central encontró pérdidas adicionales por US$ 45.000 millones de dólares que el kirchnerismo había dejado escondidas

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Se trata de la valuación de las Letras Intransferibles deliberadamente encajadas al Tesoro computando valores ficticios y artificiales, una maniobra iniciada durante la gestión del expresidente Kirchner pero que profundizó Massa en su paso como Ministro de Economía. 

Tras años de maquillaje en las estadísticas del Banco Central, el presidente Santiago Bausili al frente de la institución decidió llevar a cabo un sinceramiento monetario para mostrar el verdadero resultado del balance según las normas contables vigentes.

De acuerdo a las correcciones exhaustivas llevadas a cabo, el BCRA sumó un quebranto a su balance de por lo menos US$ 45.000 millones como resultado de las pésimas administraciones kirchneristas en los últimos 20 años.

Este resultado se debe a la valuación de las Letras Intransferibles que el Tesoro utilizó para hacerse de las divisas en el BCRA en la gestión del expresidente Néstor Kirchner, práctica que se continuó desde el año 2007.

Estos instrumentos se utilizaron para canjear deliberadamente las reservas del Central a cambio de un papel sin mayor importancia y meramente ceremonial en los asientos contables, una práctica que impulsó el entonces ministro de Economía Sergio Massa a todo vapor.

“El principal impacto de esta adecuación se observa en los criterios de valuación de las Letras Intransferibles y Otras Letras del Tesoro Nacional en dólares estadounidenses, así como de los Adelantos Transitorios al Gobierno Nacional”, resalta el comunicado de la autoridad monetaria.

Se calcula que la verdadera valuación de las Letras Intransferibles es hasta un 60% inferior al resultado que hasta ahora se contemplaba en la hoja de balance del BCRA, y como resultado se obtiene el “costo de sinceramiento” por la suma equivalente a los US$ 45.000 millones de dólares respectivamente.

Asimismo, la administración de Bausili dispuso de un nuevo cambio en el funcionamiento de la institución y su comportamiento con respecto al Tesoro: se detendrá abruptamente el envío de transferencias de utilidades al Tesoro Nacional, ya que estas simplemente constituían un artilugio contable que escondía la monetización del déficit fiscal.

Lo que ocurría anteriormente es que el Banco Central reportaba supuestas “ganancias” por la mera tenencia de divisas en su poder, ya que estas se veían revaluadas en pesos con cada devaluación ejecutada sobre el cambio oficial. Pero estas ganancias fueron meramente contables, jamás existieron y no se explicaron por la propia operativa del banco.

Desde el 10 de diciembre del año pasado el BCRA también abortó cualquier tipo de transferencia por concepto de Adelantos Transitorios, la principal fuente de monetización fiscal por vía directa. Son pasos necesarios para 

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Brasil

Desastre del socialismo en Brasil: Lula destruyó las finanzas del Estado, puso al país bajo déficit y se espera una explosión de deuda

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El Gobierno brasileño abandonó rápidamente el superávit primario heredado de la gestión de Bolsonaro, y el déficit financiero ya es el más alto desde el estallido de la pandemia. Las metas fiscales trazadas por el Ministro Haddad se desdibujan cada vez más.

El socialismo brasileño promulgó una agenda fiscal extremista y completamente irresponsable, que condujo al desequilibrio de las finanzas públicas de Brasil en tiempo récord.

Solamente en los primeros 6 meses de gestión del Presidente Lula da Silva se agotó todo el superávit primario que había dejado Jair Bolsonaro. Al cabo de 15 meses, el último dato publicado por el IBGE y convalidado por el Banco Central de Brasil registró un déficit primario equivalente al 2,47% del PBI para el término de marzo de 2024. Cuando Lula asumió la presidencia, había un superávit en torno al 0,56% del producto respectivamente.

Asimismo, en conjunto con el pago de intereses de la deuda pública, el Gobierno federal de Brasil registró un déficit financiero del 7,5% del PBI en marzo, 3,2 puntos porcentuales por encima del que recibió en enero de 2023. 

La recaudación tributaria se vio favorecida por la introducción de nuevos impuestos, pero la agenda socialista desde el punto de vista de las erogaciones simplemente agotó cualquier posibilidad de saneamiento presupuestario.

El Ministro de Finanzas Fernando Haddad anunció un “bloqueo” de gastos por al menos R$ 2.900 millones de reales, entre inversión pública y gastos prescindibles en el corto plazo. Sin embargo, el déficit fiscal se encuentra en los niveles más altos desde la pandemia, el núcleo radicalizado y de extrema izquierda dentro del oficialismo avanza sobre el posicionamiento de Haddad para profundizar la agenda extremista.

Pese a que el Ministro se comprometió con el déficit primario cero para fin de año, esta meta parece completamente imposible de cumplir. El Gobierno federal incurrió en un desequilibrio de hasta R$ 114.000 millones de reales en febrero, y R$ 63.000 millones adicionales en marzo, pese al tenue superávit por R$ 22.000 millones correspondiente a enero.

El superávit primario puntual en el mes de enero se debe a un efecto propio de la estacionalidad del mes, ya que ciertos impuestos impactan de manera directa en dicho período. Pero el saldo observado en enero de 2024 fue inferior al que se registró en el mismo mes de 2023, 2022 e incluso en comparación con enero de 2021 (en plena pandemia).

La mayor parte de las consultoras privadas de Brasil sugieren que la meta fiscal de Haddad carece de fundamentos, y fundamentalmente de apoyo político interno dentro de la coalición oficialista.

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Economía

El Gobierno va camino a reportar superávit fiscal en abril: Se consolida la disciplina fiscal para erradicar la inflación

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Los depósitos del Sector Público Nacional se incrementaron en $2,2 billones de pesos al cierre del mes pasado, una cifra superior a la registrada en marzo. Esta tendencia sugiere la consolidación de un nuevo superávit incluso más grande que el de marzo.

Incluso a pesar de la sanción o el rechazo de la Ley Bases, el Gobierno del Presidente Javier Milei está logrando ejecutar un ajuste fiscal pocas veces visto en la historia argentina. La disciplina fiscal es el principal baluarte del programa económico para combatir la inflación, ya que es la única manera para garantizar la verdadera independencia del Banco Central del poder político.

Pese a que aún no existen datos fiscales oficiales correspondientes al pasado mes de abril, se sabe que los depósitos del sector público se incrementaron en $2,2 billones con respecto a marzo, la tercera cifra más importante en lo que va de la presidencia de Milei.

Con cada aumento de la cantidad de depósitos del sector público es plausible esperar una mejora del resultado fiscal, con lo cual estas cifras preliminares sugieren que el Gobierno podría haber alcanzado el superávit financiero en abril y sería incluso más grande que el del mes de marzo.

Se debe tener en cuenta que en marzo el incremento de los depósitos del sector público fue de $1,62 billones de pesos, y se registró un superávit financiero en torno a los $276.638 millones respectivamente. En otras palabras, el superávit primario fue tan importante que incluso logró más que compensar el pago neto de intereses por la deuda pública.

Si el Gobierno lograra nuevamente el superávit, el resultado del déficit primario acumulado de 12 meses podría acercarse nuevamente al equilibrio en relación al PBI, algo que no se veía desde noviembre de 2019 hacia el final de la administración Macri.

Lo que la gestión de Cambiemos logró ejecutar al cabo de 2 años de lento gradualismo, el Gobierno del Presidente Milei lo logró en tan solo 4 meses. El decidido ordenamiento de las finanzas públicas permitió que el Banco Central pudiera cortar de cuajo la emisión de Adelantos Transitorios para financiar el rojo del Tesoro.

Otra manera de anticipar el posible resultado fiscal de abril consiste en observar las licitaciones llevadas a cabo por el Tesoro. En este mes, el Gobierno aprobó colocaciones por 5,7 billones de pesos y tuvo vencimientos por 3,3 billones de pesos, arrojando un financiamiento neto positivo de $2,4 billones

Y pese a observarse un incremento con respecto al saldo neto del mes anterior, la mayor parte de estas colocaciones se utilizaron para postergar vencimientos de la deuda interna a plazos más razonables, y para absorber pesos de circulación cancelando deuda contra el Banco Central.

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