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Economía

¿El destino de Argentina si no dolariza? Venezuela lleva más de una década reprimiendo la dolarización y no logra estabilizar precios

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La tasa de inflación volvió a acelerarse en julio y llegó al 439% interanual, acumulando un aumento del 115% en lo que va del 2023. Se acumula más de una década de intentos fallidos de planes de estabilización reprimiendo la dolarización de facto, y la inflación parece indomable.

Los venezolanos ya eligieron al dólar como su moneda, no tan solo para ahorrar sino también como medio de uso transaccional para casi todas sus operaciones, y como parámetro para remarcar precios. Esto se debe a que la moneda venezolana, el bolívar, aunque todavía existe, tiene una devaluación tan profunda que no sirve más para estructurar un sistema de precios.

La dictadura chavista reprimió continuamente la dolarización de carteras y la huida del bolívar, pero todos los intentos de estabilización fueron un fracaso rotundo. El último dato de inflación publicado por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) advirtió que los precios minoristas subieron un 439% interanual en julio, y hasta un 115% desde el mes de enero.

La tasa de inflación mensual llegó al 7,2% en julio, muy similar a la que tiene Argentina, y llegó a escalar a picos superiores al 39% durante el primer trimestre del año. Las telecomunicaciones se dispararon un 32,2% por la quita de subsidios del Gobierno, mientras que los alimentos tuvieron un alza mensual en torno al 4%.

Los intentos de estabilización que se asemejan a las recetas del kirchnerismo y Juntos por el Cambio

La dictadura chavista implementó numerosos intentos para tratar de estabilizar los precios, variando las herramientas y las estrategias a medida que se fueron agotando las posibilidades.

Desde un inicio se apostó por la represión financiera, el cepo cambiario, las restricciones cuantitativas para el comercio exterior, el racionamiento de divisas desde el Banco Central y los controles de precios y salarios como la estrategia principal para estabilizar. Esta lógica es similar a la que tiene el ministro Sergio Massa y el kirchnerismo.

El resultado fue el más abrupto de los fracasos. El Banco Central venezolano se vio obligado a devaluar un 46% en enero de 2013 y casi un 60% en febrero de 2016. La economía entró en un proceso de hiperinflación entre 2017 y 2018 con depresión del nivel de actividad, y esto condujo al colapso del cepo cambiario en febrero de ese último año, cuando la devaluación oficial alcanzó una cifra estrambótica del 352.700% en un solo mes.

Habiendo colapsado los controles de precios (las góndolas oficiales se vaciaron completamente) y el cepo cambiario como herramienta para disciplinar la inflación, la dictadura de Nicolás Maduro decidió cambiar el rumbo y decretó la liberalización y unificación del mercado cambiario entre mayo y julio de 2019, con una devaluación inicial del 417% en enero y 67% en julio.

A partir de la liberalización cambiaria se apostó por una estrategia similar a la que pretende llevar a cabo Juntos por el Cambio (JxC), tratando de rescatar al bolívar dentro de un sistema bimonetario en convivencia con el dólar. Para llevar a cabo el programa, la herramienta utilizada fue la intervención del tipo de cambio (ahora sin mayores restricciones).

La tasa de devaluación se desaceleró entre mediados de 2019 y el tercer trimestre de 2021, y más tarde se mantuvo relativamente fija entre septiembre de ese último año y abril de 2022. Este primer intento de estabilización precipitó una fuerte baja de la tasa de inflación del 445.000% al 172%, y luego volvió a caer hasta el 114% interanual en agosto del año pasado.

Pero el programa fracasó, la inflación regresó con virulencia entre agosto de 2022 y febrero de 2023, manteniendo tasas de aumento mensual en un promedio del 23%, con un récord del 39,2% de inflación en enero de este año. La inflación interanual se remontó al 439% en julio, y la idea de estabilización volvió a quedar lejos de la realidad.

El régimen chavista respondió mediante nuevas medidas, entre ellas la aplicación de un encaje bancario del 73% para limitar la creación secundaria de dinero, la contracción de los agregados monetarios en términos reales, el control de los salarios estatales y la vuelta de los controles de precios. Todo esto incrementó la presión recesiva en la actividad económica, que se desplomó un 7,6% interanual en el segundo trimestre de 2023, y aún sin arribar a la estabilidad.

El intento por salvar una moneda que la gente no quiere ni para ahorrar ni para transaccionar puede servir como un ejemplo aleccionador para Argentina, que debe lidiar con una situación similar.

Economía

El Presidente Biden anunció una nueva guerra comercial contra China: Se establecieron aranceles de entre el 25% y el 100%

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Biden desató una agresiva impronta arancelaria contra China como no se veía desde el año 2019. Se espera una pronta respuesta arancelaria por parte del régimen de Xi Jinping, desatando así una nueva guerra comercial que repercutirá a nivel global.

En medio de la campaña electoral, y viéndose superado por las principales encuestas frente a su contrincante republicano Donald Trump, el Presidente Joe Biden anunció una oleada de represalias arancelarias en contra de las importaciones provenientes de China, muchas de las cuales afectan a sectores especialmente dinámicos y competitivos.

Biden tomó la decisión de establecer recargos drásticamente más elevados en comparación a los que había establecido su predecesor entre 2018 y 2019, pero con una lógica sustancialmente diferente: esta vez se pretende articular una protección de carácter permanente, y los aranceles ya no se ven inmiscuidos como una mera regla de negociación para que China profundice la desregulación sobre su mercado de divisas.

El Presidente Biden anunció una impronta abiertamente proteccionista, y los principales damnificados de esta política serán los propios consumidores estadounidenses que deberán enfrentarse a precios y costos más elevados. Se anunciaron las siguientes disposiciones contra las importaciones chinas:

  • Arancel del 25% sobre el acero y el aluminio
  • Arancel del 50% sobre semiconductores y paneles solares
  • Arancel del 100% sobre los vehículos eléctricos

Los aranceles anunciados protegerán a la industria estadounidense frente a la competencia china, en detrimento de la calidad de sus productos y del poder adquisitivo de los consumidores locales. Muchas enfrentas enfrentarán un gran aumento de costos que sin lugar a dudas será trasladado al bolsillo del consumidor.

También constituye un fuerte desaliento para la inversión extranjera directa de largo plazo, ya que la constante alteración de las reglas de juego generan un clima de inestabilidad que hace imposible la previsión.

Pero incluso a pesar de los evidentes daños generados para los consumidores, los beneficios para la industria estadounidense podrían verse diluídos rápidamente, tan pronto como aparecieron en primer lugar.

Dado el gran tamaño de la economía estadounidense, resulta factible que la aplicación de aranceles puntales revitalicen frente a su par asiático. Sin embargo, es casi un hecho el régimen chino adoptará medidas arancelarias de represalia en la dirección opuesta, desatando una nueva y agresiva guerra comercial.

En caso de que esto ocurra, y con toda seguridad resulta el escenario más probable, entonces quedarían erradicadas todas las ganancias de competitividad que pudiera tener Estados Unidos frente a China. 

El resultado de equilibrio podría traer aparejado un nivel más alto de precios internos tanto en China como en Estados Unidos, pero ninguna ganancia de competitividad para ninguno de los dos países debido a que la relación entre aranceles permanecería relativamente constante.

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Economía

Colapsa la inflación a un dígito: La suba de precios fue de 8,8% mientras que la núcleo fue de 6,3%, lo valores más bajos en casi un año

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La mayor parte de los aumentos se observaron en los bienes y servicios regulados, como resultado de una necesaria corrección de precios relativos que había postergado el Gobierno anterior.

El INDEC informó que la tasa de inflación minorista correspondiente al mes de abril finalizó en torno al 8,8% con respecto a marzo, marcando así el cuarto descenso consecutivo de la variación de precios. La cifra anunciada se encontró en línea con lo esperado por la mayoría de las consultoras privadas del país.

La tasa de inflación interanual alcanzó el 289,4% frente al mismo mes del año pasado, y se espera que pueda comenzar a bajar a partir del dato del mes de mayo debido al efecto de arrastre estadístico que se acumula desde el salto de diciembre.

La variación mensual más importante se registró sobre las tarifas de servicios públicos, como parte de una necesaria corrección de precios relativos. Los precios de la vivienda y los servicios de agua, electricidad, gas y combustibles aumentaron en un promedio de 35,6% en abril, más de cuatro veces la tasa de inflación general del mes.

Asimismo, el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas subió en un promedio del 6%, por debajo de la inflación general. Esto anticipa una cierta recomposición de ingresos, que ya habría comenzado en febrero según los datos de remuneraciones aglutinados en el SIPA.

La tasa de inflación para aquellos bienes y servicios estrictamente regulados fue del 18,4%, como resultado del proceso de sinceramiento que se atraviesa desde el 10 de diciembre. El verdadero resultado de la política fiscal y monetaria se corresponde con el fuerte descenso de la inflación núcleo, que fue del 6,3% en abril y se anotó la variación más baja en 15 meses

La tasa de inflación núcleo, que elimina el impacto de los precios de las tarifas públicas y los bienes con comportamiento estacional, había alcanzado el 28,3% al cierre de diciembre, y desde enero comenzó un fuerte proceso de reducción a la par del ajuste fiscal y monetario.

Asimismo, los precios mayoristas relevados en el IPIM del INDEC llegaron a aumentar hasta un 54,3% en diciembre (prácticamente una hiperinflación de manual), y esta variación se redujo drásticamente 5,4% al término de marzo

La política económica que lleva adelante el oficialismo impactó primero en el tipo de cambio, más tarde en los precios mayoristas y luego en los minoristas. Se espera que el último eslabón en reaccionar a la desinflación sean precisamente los salarios, con lo cual podría registrarse un proceso de recomposición en el poder de compra conforme baje la inflación en los próximos meses.

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Economía

El Banco Central encontró pérdidas adicionales por US$ 45.000 millones de dólares que el kirchnerismo había dejado escondidas

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Se trata de la valuación de las Letras Intransferibles deliberadamente encajadas al Tesoro computando valores ficticios y artificiales, una maniobra iniciada durante la gestión del expresidente Kirchner pero que profundizó Massa en su paso como Ministro de Economía. 

Tras años de maquillaje en las estadísticas del Banco Central, el presidente Santiago Bausili al frente de la institución decidió llevar a cabo un sinceramiento monetario para mostrar el verdadero resultado del balance según las normas contables vigentes.

De acuerdo a las correcciones exhaustivas llevadas a cabo, el BCRA sumó un quebranto a su balance de por lo menos US$ 45.000 millones como resultado de las pésimas administraciones kirchneristas en los últimos 20 años.

Este resultado se debe a la valuación de las Letras Intransferibles que el Tesoro utilizó para hacerse de las divisas en el BCRA en la gestión del expresidente Néstor Kirchner, práctica que se continuó desde el año 2007.

Estos instrumentos se utilizaron para canjear deliberadamente las reservas del Central a cambio de un papel sin mayor importancia y meramente ceremonial en los asientos contables, una práctica que impulsó el entonces ministro de Economía Sergio Massa a todo vapor.

“El principal impacto de esta adecuación se observa en los criterios de valuación de las Letras Intransferibles y Otras Letras del Tesoro Nacional en dólares estadounidenses, así como de los Adelantos Transitorios al Gobierno Nacional”, resalta el comunicado de la autoridad monetaria.

Se calcula que la verdadera valuación de las Letras Intransferibles es hasta un 60% inferior al resultado que hasta ahora se contemplaba en la hoja de balance del BCRA, y como resultado se obtiene el “costo de sinceramiento” por la suma equivalente a los US$ 45.000 millones de dólares respectivamente.

Asimismo, la administración de Bausili dispuso de un nuevo cambio en el funcionamiento de la institución y su comportamiento con respecto al Tesoro: se detendrá abruptamente el envío de transferencias de utilidades al Tesoro Nacional, ya que estas simplemente constituían un artilugio contable que escondía la monetización del déficit fiscal.

Lo que ocurría anteriormente es que el Banco Central reportaba supuestas “ganancias” por la mera tenencia de divisas en su poder, ya que estas se veían revaluadas en pesos con cada devaluación ejecutada sobre el cambio oficial. Pero estas ganancias fueron meramente contables, jamás existieron y no se explicaron por la propia operativa del banco.

Desde el 10 de diciembre del año pasado el BCRA también abortó cualquier tipo de transferencia por concepto de Adelantos Transitorios, la principal fuente de monetización fiscal por vía directa. Son pasos necesarios para 

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