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Economía

Quién es Emilio Ocampo y cómo propone dolarizar la economía argentina junto a Javier Milei

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El principal exponente de la dolarización en Argentina se sumó al equipo de Milei y explicó en una serie de entrevistas este jueves su propuesta de reforma monetaria, plasmada en su libro “Dolarización, una solución para la Argentina”.

El prestigioso economista Emilio Ocampo, ideólogo de la propuesta de dolarización en Argentina, se sumó oficialmente al equipo de Javier Milei como parte del plantel de asesores en materia de dolarización, una de las principales propuestas que lleva el candidato de cara a la sociedad.

Este jueves, tras empezar a trabajar en un plan concreto para eliminar el peso argentino y erradicar la política monetaria disfuncional del país, Ocampo hizo una recorrida por diferentes medios explicando la propuesta que está trabajando junto a Milei.

Ocampo es quizás el más conocido por haber escrito el libro “Dolarización, una solución para la Argentina”, junto a Nicolás Cachanosky, pero no es el único exponente de la dolarización en Argentina, también se destacan Jorge Avila, Adrián Ravier, Alfredo Romano, entre otros.

¿Quién es Emilio Ocampo?

El economista es reconocido por su amplia trayectoria académica, se desempeña como profesor de Finanzas e Historia Económica, Director del Centro de Estudios de Historia Económica y miembro del Comité Académico del Máster de Finanzas de la UCEMA. El autor de numerosos papers sobre cuestiones vinculadas a la política monetaria y fiscal de la historia argentina.

Dictó numerosos seminarios sobre historia y economía argentinas en la Diplomatura de Cultura Argentina en ESEADE, la Universidad Austral y CUDES. Entre 2016 y 2019 fue Senior Associate del Center for Strategic and International Studies en Washington D.C. En 2013 y 2014 fue profesor en la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York

También es reconocido por su actividad en el sector privado, entre 1990 y 2005 se dedicó a la banca de inversión ocupando funciones ejecutivas en Chase Manhattan, Salomon Brothers, Citigroup y Morgan Stanley en Nueva York y Londres. En 2006 regresó a la Argentina y desarrolló una intensa actividad como asesor financiero independiente.

Emilio Ocampo, el asesor de Javier Milei para la dolarización de la Argentina.

¿Por qué la dolarización y no otras opciones? ¿Es el mejor sistema para Argentina?

Muy al contrario de lo que se cree, el principal argumento para llevar a cabo la dolarización no es que esta reforma monetaria pueda condicionar a los Gobiernos para que adopten la disciplina fiscal (esto puede o no ocurrir). El principal argumento es la credibilidad de los planes de estabilización que puedan llevarse a cabo para erradicar la inflación

Una reforma monetaria adquiere credibilidad (y por lo tanto efectividad para eliminar la inflación) en la medida en que no sea posible su reversión, o cuanto menos sea extremadamente costosa. En estos términos, la dolarización se perfila como una opción viable porque es posible implementarla de manera tal que los costos de salida sean realmente altos para cualquier eventual Gobierno que se propusiera intentarlo.

El principal argumento para justificar una dolarización en Argentina en estos momentos es que cualquier otra alternativa de estabilización, por ejemplo un programa de metas de inflación o el control de agregados monetarios, no podrían retener suficiente credibilidad y por lo tanto la caída de la demanda de pesos amenaza con boicotear los sucesivos intentos.

Esto se debe a que los sucesivos gobiernos argentinos ya han "quemado todas las balas", y prácticamente todos los planes de estabilización del peso sin dolarizar han fracasado en Argentina y terminado en una crisis, cada vez peor.

Si la demanda de pesos cae y no acompaña al programa de estabilización por falta de credibilidad, la estabilización podría demorar años e incluso décadas (como por ejemplo fue el caso de Chile entre los 70s y los 90s), en un proceso que podría verse irremediablemente interrumpido por falta de continuidad política y apoyo popular.

La falta de credibilidad podría boicotear incluso un nuevo ensayo de la convertibilidad, ya que el programa se vería expuesto a una serie de shocks especulativos previendo una eventual salida y precisamente presionando por una profecía auto-cumplida. Por eso la dolarización se materializa como una opción más creíble y más eficaz.

La dolarización no es el mejor sistema para la economía argentina y así lo reconocen todos los principales adherentes, jamás se pretendió demostrar lo contrario. Esto se debe a la falta de maniobrabilidad frente a shocks externos o corridas bancarias. Pero ante la falta de credibilidad para llevar a cabo cualquier plan de estabilización alternativo, los equilibrios con alta inflación, cepos y sucesivas crisis de balance de pagos son opciones notoriamente inferiores con respecto al de una economía estable y dolarizada.

Bajo el esquema actual, Argentina no tiene ni política cambiaria ni tampoco política monetaria eficaz, y no las va a tener a menos que consiga la estabilidad. Y como la estabilidad no se puede conseguir sin un plan creíble que implique un cambio de régimen, la dolarización se presenta como un “segundo mejor” entre las opciones reales que Argentina tiene a su disposición.

Punto por punto, los detalles concretos de la propuesta de dolarización de Ocampo ¿De dónde salen los dólares?

La propuesta es muy concreta. El BCRA no solo cuenta con reservas de divisas netas en sus activos (hoy negativas), sino que también retiene una determinada posición de Adelantos Transitorios del Tesoro Nacional (AT) y Letras Intransferibles (LI). Para muchos economistas estos activos no valen nada porque se rollean automáticamente cada vez que vencen, pero lo cierto es que sí tienen un valor de mercado, aunque a una cotización que todavía es incierta y no se conocerá hasta que se lancen los títulos al mercado.

A valores actuales (algo que puede variar constantemente pero por el momento sirve para el cálculo), los autores estiman que los activos del BCRA en concepto de AT y LI ascienden hasta los US$ 64.000 millones de valor nominal.

Si bien esta relación es muy variable por la coyuntura, contabilizando estos activos, la dolarización es factible a un tipo de cambio mucho más cercano al dólar paralelo o el dólar financiero de la actualidad entre los $710 y $760. La propuesta no plantea ninguna confiscación de depósitos ni ninguna mega-devaluación.

Se propone un canje entre Adelantos Transitorios y Letras Intransferibles por nuevos bonos emitidos bajo ley New York. Es una maniobra para que los inversores puedan aceptar los bonos y además es factible, ya que en diciembre de 2015, la gestión de Federico Sturzenegger logró un canje similar, sin una promesa de dolarización. Se genera así una suerte de recapitalización implícita del Banco Central.

Estos bonos canjeados serían transferidos a un denominado “Fondo de Estabilización Monetaria (FEM)” en conjunto con los pasivos financieros del BCRA (la deuda remunerada que genera el déficit cuasi-fiscal), un fideicomiso establecido en Estados Unidos bajo una legislación segura y no dependiente de los vaivenes políticos de la Argentina. Asimismo, el Estado capitalizaría ese fondo por ejemplo con los recursos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) o ciertos ingresos fiscales a modo de garantía.

A partir de este fideicomiso capitalizado, el objetivo del programa es negociar un refuerzo crediticio o “Credit Enhancement” para revaluar el perfil de riesgo del fondo. Esta negociación se llevaría a cabo con organismos de crédito multilateral y bancos internacionales, a fin de obtener una serie de garantías para atraer a los inversores.

El FEM estaría en condiciones de emitir un papel comercial colateralizado, con la garantía de los bancos internacionales que decidan participar, a fin de cancelar las Leliq y la deuda remunerada del BCRA. El déficit cuasi-fiscal se vería completamente eliminado sin ningún tipo de confiscación a los ahorristas ni a los bancos locales. Algo completamente opuesto de lo que fue el Plan Bonex.

Economía

El Presidente Biden anunció una nueva guerra comercial contra China: Se establecieron aranceles de entre el 25% y el 100%

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Biden desató una agresiva impronta arancelaria contra China como no se veía desde el año 2019. Se espera una pronta respuesta arancelaria por parte del régimen de Xi Jinping, desatando así una nueva guerra comercial que repercutirá a nivel global.

En medio de la campaña electoral, y viéndose superado por las principales encuestas frente a su contrincante republicano Donald Trump, el Presidente Joe Biden anunció una oleada de represalias arancelarias en contra de las importaciones provenientes de China, muchas de las cuales afectan a sectores especialmente dinámicos y competitivos.

Biden tomó la decisión de establecer recargos drásticamente más elevados en comparación a los que había establecido su predecesor entre 2018 y 2019, pero con una lógica sustancialmente diferente: esta vez se pretende articular una protección de carácter permanente, y los aranceles ya no se ven inmiscuidos como una mera regla de negociación para que China profundice la desregulación sobre su mercado de divisas.

El Presidente Biden anunció una impronta abiertamente proteccionista, y los principales damnificados de esta política serán los propios consumidores estadounidenses que deberán enfrentarse a precios y costos más elevados. Se anunciaron las siguientes disposiciones contra las importaciones chinas:

  • Arancel del 25% sobre el acero y el aluminio
  • Arancel del 50% sobre semiconductores y paneles solares
  • Arancel del 100% sobre los vehículos eléctricos

Los aranceles anunciados protegerán a la industria estadounidense frente a la competencia china, en detrimento de la calidad de sus productos y del poder adquisitivo de los consumidores locales. Muchas enfrentas enfrentarán un gran aumento de costos que sin lugar a dudas será trasladado al bolsillo del consumidor.

También constituye un fuerte desaliento para la inversión extranjera directa de largo plazo, ya que la constante alteración de las reglas de juego generan un clima de inestabilidad que hace imposible la previsión.

Pero incluso a pesar de los evidentes daños generados para los consumidores, los beneficios para la industria estadounidense podrían verse diluídos rápidamente, tan pronto como aparecieron en primer lugar.

Dado el gran tamaño de la economía estadounidense, resulta factible que la aplicación de aranceles puntales revitalicen frente a su par asiático. Sin embargo, es casi un hecho el régimen chino adoptará medidas arancelarias de represalia en la dirección opuesta, desatando una nueva y agresiva guerra comercial.

En caso de que esto ocurra, y con toda seguridad resulta el escenario más probable, entonces quedarían erradicadas todas las ganancias de competitividad que pudiera tener Estados Unidos frente a China. 

El resultado de equilibrio podría traer aparejado un nivel más alto de precios internos tanto en China como en Estados Unidos, pero ninguna ganancia de competitividad para ninguno de los dos países debido a que la relación entre aranceles permanecería relativamente constante.

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Economía

Colapsa la inflación a un dígito: La suba de precios fue de 8,8% mientras que la núcleo fue de 6,3%, lo valores más bajos en casi un año

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La mayor parte de los aumentos se observaron en los bienes y servicios regulados, como resultado de una necesaria corrección de precios relativos que había postergado el Gobierno anterior.

El INDEC informó que la tasa de inflación minorista correspondiente al mes de abril finalizó en torno al 8,8% con respecto a marzo, marcando así el cuarto descenso consecutivo de la variación de precios. La cifra anunciada se encontró en línea con lo esperado por la mayoría de las consultoras privadas del país.

La tasa de inflación interanual alcanzó el 289,4% frente al mismo mes del año pasado, y se espera que pueda comenzar a bajar a partir del dato del mes de mayo debido al efecto de arrastre estadístico que se acumula desde el salto de diciembre.

La variación mensual más importante se registró sobre las tarifas de servicios públicos, como parte de una necesaria corrección de precios relativos. Los precios de la vivienda y los servicios de agua, electricidad, gas y combustibles aumentaron en un promedio de 35,6% en abril, más de cuatro veces la tasa de inflación general del mes.

Asimismo, el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas subió en un promedio del 6%, por debajo de la inflación general. Esto anticipa una cierta recomposición de ingresos, que ya habría comenzado en febrero según los datos de remuneraciones aglutinados en el SIPA.

La tasa de inflación para aquellos bienes y servicios estrictamente regulados fue del 18,4%, como resultado del proceso de sinceramiento que se atraviesa desde el 10 de diciembre. El verdadero resultado de la política fiscal y monetaria se corresponde con el fuerte descenso de la inflación núcleo, que fue del 6,3% en abril y se anotó la variación más baja en 15 meses

La tasa de inflación núcleo, que elimina el impacto de los precios de las tarifas públicas y los bienes con comportamiento estacional, había alcanzado el 28,3% al cierre de diciembre, y desde enero comenzó un fuerte proceso de reducción a la par del ajuste fiscal y monetario.

Asimismo, los precios mayoristas relevados en el IPIM del INDEC llegaron a aumentar hasta un 54,3% en diciembre (prácticamente una hiperinflación de manual), y esta variación se redujo drásticamente 5,4% al término de marzo

La política económica que lleva adelante el oficialismo impactó primero en el tipo de cambio, más tarde en los precios mayoristas y luego en los minoristas. Se espera que el último eslabón en reaccionar a la desinflación sean precisamente los salarios, con lo cual podría registrarse un proceso de recomposición en el poder de compra conforme baje la inflación en los próximos meses.

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Economía

El Banco Central encontró pérdidas adicionales por US$ 45.000 millones de dólares que el kirchnerismo había dejado escondidas

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Se trata de la valuación de las Letras Intransferibles deliberadamente encajadas al Tesoro computando valores ficticios y artificiales, una maniobra iniciada durante la gestión del expresidente Kirchner pero que profundizó Massa en su paso como Ministro de Economía. 

Tras años de maquillaje en las estadísticas del Banco Central, el presidente Santiago Bausili al frente de la institución decidió llevar a cabo un sinceramiento monetario para mostrar el verdadero resultado del balance según las normas contables vigentes.

De acuerdo a las correcciones exhaustivas llevadas a cabo, el BCRA sumó un quebranto a su balance de por lo menos US$ 45.000 millones como resultado de las pésimas administraciones kirchneristas en los últimos 20 años.

Este resultado se debe a la valuación de las Letras Intransferibles que el Tesoro utilizó para hacerse de las divisas en el BCRA en la gestión del expresidente Néstor Kirchner, práctica que se continuó desde el año 2007.

Estos instrumentos se utilizaron para canjear deliberadamente las reservas del Central a cambio de un papel sin mayor importancia y meramente ceremonial en los asientos contables, una práctica que impulsó el entonces ministro de Economía Sergio Massa a todo vapor.

“El principal impacto de esta adecuación se observa en los criterios de valuación de las Letras Intransferibles y Otras Letras del Tesoro Nacional en dólares estadounidenses, así como de los Adelantos Transitorios al Gobierno Nacional”, resalta el comunicado de la autoridad monetaria.

Se calcula que la verdadera valuación de las Letras Intransferibles es hasta un 60% inferior al resultado que hasta ahora se contemplaba en la hoja de balance del BCRA, y como resultado se obtiene el “costo de sinceramiento” por la suma equivalente a los US$ 45.000 millones de dólares respectivamente.

Asimismo, la administración de Bausili dispuso de un nuevo cambio en el funcionamiento de la institución y su comportamiento con respecto al Tesoro: se detendrá abruptamente el envío de transferencias de utilidades al Tesoro Nacional, ya que estas simplemente constituían un artilugio contable que escondía la monetización del déficit fiscal.

Lo que ocurría anteriormente es que el Banco Central reportaba supuestas “ganancias” por la mera tenencia de divisas en su poder, ya que estas se veían revaluadas en pesos con cada devaluación ejecutada sobre el cambio oficial. Pero estas ganancias fueron meramente contables, jamás existieron y no se explicaron por la propia operativa del banco.

Desde el 10 de diciembre del año pasado el BCRA también abortó cualquier tipo de transferencia por concepto de Adelantos Transitorios, la principal fuente de monetización fiscal por vía directa. Son pasos necesarios para 

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