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Economía

Plan Melconian: Se propone mantener las retenciones, aumentar el impuesto a las Ganancias y se descarta cualquier privatización

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El programa elegido por la candidata Patricia Bullrich apuesta al bimonetarismo, y un sendero de gradualismo fiscal sobre la base de recortar subsidios económicos y gastos superfluos. Se descartan las rebajas impositivas para el corto plazo, incluyendo las tasas distorsivas sobre la exportación.

El economista Carlos Melconian fue elegido por la candidata Patricia Bullrich como el eventual ministro de Economía en caso de que Juntos por el Cambio (JxC) gane las próximas elecciones.

Su programa económico, presentado en el IERAL de la Fundación Mediterránea, incluye reformas estructurales sobre el sector público, el sistema tributario y la legislación laboral. Se convalidan todas y cada una de las estatizaciones producidas por los sucesivos Gobiernos kirchneristas desde 2003, se descartan mayores rebajas impositivas en el corto plazo, y habrá gradualismo tanto en la corrección de las finanzas públicas como en la apertura comercial.

La política fiscal en el Plan Melconian

El programa de Bullrich propone una reorganización del gasto del Sector Público Nacional (SPN), imponiendo como meta el arribo al equilibrio fiscal primario en 12 meses (esto no incluye el pago de intereses de deuda). El resultado primario del Gobierno nacional actualmente arroja un déficit equivalente al 2,66% del PBI, y para fin de año podría rondar los 3 puntos porcentuales.

El ajuste recaerá en mayor medida sobre los subsidios económicos a las tarifas de servicios públicos, que deberán aumentar muy por encima de la inflación. Con esto se propone recortar entre 1 y 1,5 puntos procedimentales del PBI hasta diciembre de 2024. La corrección se hará exclusivamente a través de los precios, y no sobre la modificación de los contratos de concesión.

Se propone un recorte adicional en torno a 1 punto del PBI sobre los gastos de funcionamiento del sector público y burocracia, reduciendo la cantidad de ministerios. Otro punto adicional del PBI se recortaría mediante el replanteo de planes sociales, transferencias discrecionales y un “recorte” al déficit de las empresas del Estado nacional.

El programa descarta de plano cualquier tipo de privatización. El equipo de Melconian anticipó que se buscará crear un “holding” de empresas estatales para centralizar su dirección, una idea fracasada que ya se había implementado por el “Directorio de Empresas Públicas” de Rodolfo Terragno durante la presidencia de Raúl Alfonsín.

Sistema tributario

El programa de Melconian descarta mayores reducciones impositivas para el corto plazo, es decir, dentro de los primeros 12 meses de gestión. Las alícuotas sobre las retenciones agropecuarias quedarán inalteradas, incluyendo al maíz, la soja, el trigo, el girasol, la cebada y todos sus productos derivados.

El documento de la Fundación Mediterránea justifica la inacción tributaria, debido a que la eventual rebaja de la tasa de inflación provocaría un aumento del gasto previsional (por indexación hacia atrás de los haberes), y la simplificación de las regulaciones cambiarias reducirían la recaudación en concepto del impuesto PAIS y las percepciones de Ganancias y Bienes Personales correspondientes.

En contraste, se espera poder incrementar la recaudación anual de las retenciones en un adicional del 0,6% del PBI, debido a la normalización de la actividad agropecuaria post-sequía y el mantenimiento de las retenciones. Bullrich anticipó la posibilidad de convertir estos impuestos en un “ahorro forzoso”, pero desde el punto de vista de los productores la presión tributaria no cambia en el corto plazo.

El Plan Melconian prepara, además, una progresiva reforma sobre el impuesto a las Ganancias y el monotributo para la totalidad del mandato del Gobierno, buscando eliminar los “ítems no remunerativos” de las deducciones y ampliando la cantidad de personas alcanzadas, del mismo modo en que ocurrió entre 2016 y 2019.

También se propone permitirle a las empresas indexar sus balances contables por la inflación, sin limitaciones como las que enfrentan hoy. Esto se flexibilizó en el año 2018, pero de todos modos jamás se instauró la plena libertad para recalibrar balances contables por el efecto de la inflación.

La política monetaria y cambiaria del plan

El programa propone un sendero gradualista para la flexibilización de las regulaciones cambiarias impuestas desde el Banco Central y la Comisión Nacional de Valores (CNV), incrementando progresivamente la cantidad de operaciones que pueden realizarse a través de los segmentos legales del mercado.

El plan también incluye el mantenimiento de un cierto umbral de restricciones sobre la cuenta capital, en lo que se denominan “regulaciones macro-prudenciales” siguiendo el mismo libreto del ministro Martín Guzmán. Bajo un eventual Gobierno de Patricia Bullrich habrá controles sobre la entrada de capitales de corto plazo.

La candidata de Juntos por el Cambio anticipó que buscará destrabar un “blindaje” con el Fondo Monetario Internacional u otras instituciones de crédito internacional para intervenir el tipo de cambio en una eventual salida del cepo, lo cual implica más endeudamiento externo.

La convivencia entre el dólar y el peso en un contexto de “bimonetarismo” constituye una de las premisas fundamentales del programa, a diferencia del planteo del equipo de Javier Milei y el CEMA que proponen avanzar hacia la dolarización.

No se propone ninguna reforma concreta para atacar el problema de los pasivos remunerados del Banco Central. De acuerdo al programa económico de la Fundación Mediterránea, mediante la “reactivación de la confianza”, sin ruptura de contratos (sin reperfilamientos) y manteniendo las tasas de interés en línea con la inflación, se espera que la demanda de pesos pueda abrirse paso y compensar eventualmente la expansión monetaria devenida por los intereses de las Leliq y demás instrumentos del BCRA.

Economía

El Presidente Biden anunció una nueva guerra comercial contra China: Se establecieron aranceles de entre el 25% y el 100%

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Biden desató una agresiva impronta arancelaria contra China como no se veía desde el año 2019. Se espera una pronta respuesta arancelaria por parte del régimen de Xi Jinping, desatando así una nueva guerra comercial que repercutirá a nivel global.

En medio de la campaña electoral, y viéndose superado por las principales encuestas frente a su contrincante republicano Donald Trump, el Presidente Joe Biden anunció una oleada de represalias arancelarias en contra de las importaciones provenientes de China, muchas de las cuales afectan a sectores especialmente dinámicos y competitivos.

Biden tomó la decisión de establecer recargos drásticamente más elevados en comparación a los que había establecido su predecesor entre 2018 y 2019, pero con una lógica sustancialmente diferente: esta vez se pretende articular una protección de carácter permanente, y los aranceles ya no se ven inmiscuidos como una mera regla de negociación para que China profundice la desregulación sobre su mercado de divisas.

El Presidente Biden anunció una impronta abiertamente proteccionista, y los principales damnificados de esta política serán los propios consumidores estadounidenses que deberán enfrentarse a precios y costos más elevados. Se anunciaron las siguientes disposiciones contra las importaciones chinas:

  • Arancel del 25% sobre el acero y el aluminio
  • Arancel del 50% sobre semiconductores y paneles solares
  • Arancel del 100% sobre los vehículos eléctricos

Los aranceles anunciados protegerán a la industria estadounidense frente a la competencia china, en detrimento de la calidad de sus productos y del poder adquisitivo de los consumidores locales. Muchas enfrentas enfrentarán un gran aumento de costos que sin lugar a dudas será trasladado al bolsillo del consumidor.

También constituye un fuerte desaliento para la inversión extranjera directa de largo plazo, ya que la constante alteración de las reglas de juego generan un clima de inestabilidad que hace imposible la previsión.

Pero incluso a pesar de los evidentes daños generados para los consumidores, los beneficios para la industria estadounidense podrían verse diluídos rápidamente, tan pronto como aparecieron en primer lugar.

Dado el gran tamaño de la economía estadounidense, resulta factible que la aplicación de aranceles puntales revitalicen frente a su par asiático. Sin embargo, es casi un hecho el régimen chino adoptará medidas arancelarias de represalia en la dirección opuesta, desatando una nueva y agresiva guerra comercial.

En caso de que esto ocurra, y con toda seguridad resulta el escenario más probable, entonces quedarían erradicadas todas las ganancias de competitividad que pudiera tener Estados Unidos frente a China. 

El resultado de equilibrio podría traer aparejado un nivel más alto de precios internos tanto en China como en Estados Unidos, pero ninguna ganancia de competitividad para ninguno de los dos países debido a que la relación entre aranceles permanecería relativamente constante.

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Economía

Colapsa la inflación a un dígito: La suba de precios fue de 8,8% mientras que la núcleo fue de 6,3%, lo valores más bajos en casi un año

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La mayor parte de los aumentos se observaron en los bienes y servicios regulados, como resultado de una necesaria corrección de precios relativos que había postergado el Gobierno anterior.

El INDEC informó que la tasa de inflación minorista correspondiente al mes de abril finalizó en torno al 8,8% con respecto a marzo, marcando así el cuarto descenso consecutivo de la variación de precios. La cifra anunciada se encontró en línea con lo esperado por la mayoría de las consultoras privadas del país.

La tasa de inflación interanual alcanzó el 289,4% frente al mismo mes del año pasado, y se espera que pueda comenzar a bajar a partir del dato del mes de mayo debido al efecto de arrastre estadístico que se acumula desde el salto de diciembre.

La variación mensual más importante se registró sobre las tarifas de servicios públicos, como parte de una necesaria corrección de precios relativos. Los precios de la vivienda y los servicios de agua, electricidad, gas y combustibles aumentaron en un promedio de 35,6% en abril, más de cuatro veces la tasa de inflación general del mes.

Asimismo, el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas subió en un promedio del 6%, por debajo de la inflación general. Esto anticipa una cierta recomposición de ingresos, que ya habría comenzado en febrero según los datos de remuneraciones aglutinados en el SIPA.

La tasa de inflación para aquellos bienes y servicios estrictamente regulados fue del 18,4%, como resultado del proceso de sinceramiento que se atraviesa desde el 10 de diciembre. El verdadero resultado de la política fiscal y monetaria se corresponde con el fuerte descenso de la inflación núcleo, que fue del 6,3% en abril y se anotó la variación más baja en 15 meses

La tasa de inflación núcleo, que elimina el impacto de los precios de las tarifas públicas y los bienes con comportamiento estacional, había alcanzado el 28,3% al cierre de diciembre, y desde enero comenzó un fuerte proceso de reducción a la par del ajuste fiscal y monetario.

Asimismo, los precios mayoristas relevados en el IPIM del INDEC llegaron a aumentar hasta un 54,3% en diciembre (prácticamente una hiperinflación de manual), y esta variación se redujo drásticamente 5,4% al término de marzo

La política económica que lleva adelante el oficialismo impactó primero en el tipo de cambio, más tarde en los precios mayoristas y luego en los minoristas. Se espera que el último eslabón en reaccionar a la desinflación sean precisamente los salarios, con lo cual podría registrarse un proceso de recomposición en el poder de compra conforme baje la inflación en los próximos meses.

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Economía

El Banco Central encontró pérdidas adicionales por US$ 45.000 millones de dólares que el kirchnerismo había dejado escondidas

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Se trata de la valuación de las Letras Intransferibles deliberadamente encajadas al Tesoro computando valores ficticios y artificiales, una maniobra iniciada durante la gestión del expresidente Kirchner pero que profundizó Massa en su paso como Ministro de Economía. 

Tras años de maquillaje en las estadísticas del Banco Central, el presidente Santiago Bausili al frente de la institución decidió llevar a cabo un sinceramiento monetario para mostrar el verdadero resultado del balance según las normas contables vigentes.

De acuerdo a las correcciones exhaustivas llevadas a cabo, el BCRA sumó un quebranto a su balance de por lo menos US$ 45.000 millones como resultado de las pésimas administraciones kirchneristas en los últimos 20 años.

Este resultado se debe a la valuación de las Letras Intransferibles que el Tesoro utilizó para hacerse de las divisas en el BCRA en la gestión del expresidente Néstor Kirchner, práctica que se continuó desde el año 2007.

Estos instrumentos se utilizaron para canjear deliberadamente las reservas del Central a cambio de un papel sin mayor importancia y meramente ceremonial en los asientos contables, una práctica que impulsó el entonces ministro de Economía Sergio Massa a todo vapor.

“El principal impacto de esta adecuación se observa en los criterios de valuación de las Letras Intransferibles y Otras Letras del Tesoro Nacional en dólares estadounidenses, así como de los Adelantos Transitorios al Gobierno Nacional”, resalta el comunicado de la autoridad monetaria.

Se calcula que la verdadera valuación de las Letras Intransferibles es hasta un 60% inferior al resultado que hasta ahora se contemplaba en la hoja de balance del BCRA, y como resultado se obtiene el “costo de sinceramiento” por la suma equivalente a los US$ 45.000 millones de dólares respectivamente.

Asimismo, la administración de Bausili dispuso de un nuevo cambio en el funcionamiento de la institución y su comportamiento con respecto al Tesoro: se detendrá abruptamente el envío de transferencias de utilidades al Tesoro Nacional, ya que estas simplemente constituían un artilugio contable que escondía la monetización del déficit fiscal.

Lo que ocurría anteriormente es que el Banco Central reportaba supuestas “ganancias” por la mera tenencia de divisas en su poder, ya que estas se veían revaluadas en pesos con cada devaluación ejecutada sobre el cambio oficial. Pero estas ganancias fueron meramente contables, jamás existieron y no se explicaron por la propia operativa del banco.

Desde el 10 de diciembre del año pasado el BCRA también abortó cualquier tipo de transferencia por concepto de Adelantos Transitorios, la principal fuente de monetización fiscal por vía directa. Son pasos necesarios para 

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